Fernando y Palmira ayer con el dorsal de la 1ª Carrera Corre en Casa |
Palmira/Fernando, qué tal: ¿Cómo lleváis este confinamiento?
Nuestra vida de confinamiento ha tenido dos fases: la
primera, todos juntos en casa, desde la declaración del estado de alarma el día
15 marzo hasta el día 22 marzo que es cuando empezó nuestra segunda fase hasta
ahora en la que Palmira tomó una difícil, a la vez que valiente decisión cuando
la llamaron del SESCAM para trabajar en el Hospital Nuestra Señora del Prado de
Talavera.
Días antes del confinamiento cuando prácticamente no había
ningún caso en Talavera y empezaron a llegar cada vez noticias de más casos en
Madrid, poco a poco decidimos ir comprando comida no perecedera por si se
llegase a extender a Talavera y su comarca.
A Palmira Amor la han llamado para trabajar en el Hospital Ntra. Señora del Prado de Talavera |
Aunque el trabajo y el cole y extraescolares de los niños
son en Talavera vivimos en un pueblo muy cerquita llamado Mejorada. En un
primer momento el planteamiento fue mantenernos en casa el mayor número de días
posibles, principalmente para dar ejemplo y lógicamente por nuestra propia
seguridad y la de los demás.
Dando consejo a nuestros seres queridos que también hicieran
la cuarentana en muchas ocasiones sin mucho éxito. Además, tendiendo la mano
para ayudar a comprar o lo que se necesitase incluso hemos decidido seguir
pagando las extraescolares a los niños para seguir ayudando a los monitores y
profesores durante este periodo también de crisis económica.
Fernando ejercitándose en casa |
Durante estos días empezamos a organizarnos, que imagino que todo el mundo actúo de este modo, para seguir una vida lo más normal dentro de las posibilidades de cada uno. Por la mañana yo tele-trabajando y Palmira se dedicaba principalmente a las tareas domésticas.
Además de estar ayudando y haciendo de intermediarios con
los profesores para que los niños realizaran las tareas escolares, sobre todo
con la pequeña Nuria que tan sólo tiene 8 años, cumplidos durante el
confinamiento. Por suerte al tener unos padres previsores tuvo la sorpresa de
ver sus regalos esa mañana del 30 de marzo.
Fernando comenta en el vídeo que para hacer los 10 Kms. de la Carrera de Aarón de ayer. tuvo que dar 150 vueltas de 66, 5 mts. cada una |
En lo que toca al entrenamiento, aunque no contamos con
cinta, ya que a nosotros nos encanta el entrenamiento en la naturaleza, tenemos
la suerte de tener un garaje bastante amplio debajo del piso en el que vivimos,
lo que nos ha permitido realizar un breve calentamiento de trote ya que como es
sabido no es bueno para las articulaciones dar tantas vueltas tan cerradas, y
dedicamos la mayoría de las sesiones a combinar ejercicios de técnica de
carrera con fuerza, gimnasia y sprints de 25 m. La verdad que si no fuera por
el momento del entrenamiento que nos sirve de vía de escape a nosotros y a los
niños sería mucho más difícil aguantar el confinamiento.
Para Palmira el ejercicio ha sido más irregular al principio
de empezar a trabajar en el Hospital ya que ella llevaba tiempo sin trabajar y
los cambios de turnos y la rabia e impotencia de la situación en la que se
encuentran las personas afectadas por el coronavirus en su planta la
descolocaron al principio con la añadidura del dolor de no poder arrimarse a
nosotros para abrazarnos.
Pero poco a poco está asimilando esta complicada situación y
está empezando a coger un hábito diario porque lo necesita para sentirse mejor.
Por las tardes que es cuando más tiempo libre tengo me dedico a leer y a
mantener el contacto con la familia y amigos por whassap o facebook y algunas
noches que tiene libre Palmira también vemos alguna película.
Dos de los libros que me leído durante este confinamiento,
me han llevado a una reflexión y estos son “El azar y la necesidad” de un
biólogo llamado Jacques Monod y el otro Brevísima historia del tiempo de
Stephen Hawking.
Con un saludo aquí os dejo mi breve meditación: Un invisible
e insignificante virus desamparado en una suerte de lotería, ha encontrado
cobijó en nuestros cuerpos haciendo que nos atrincheremos necesariamente en nuestra
morada, aislándonos de nuestros semejantes, siendo este tiempo el más largo e
inolvidable de nuestras vidas, significando todo esto para el universo un
desatino y acierto más de su proceso irremediable que nosotros los humanos con
nuestra fe y esperanza superaremos.
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