[Foto: EcoQuijote] |
Que
el trasvase Tajo-Segura no funciona es algo evidente. Que además se gestiona
con inquina hacia el Tajo también. Su demencial gestión lleva a la
sobrexplotación de la cabecera del Tajo, vaciando Entrepeñas y Buendía. Hecho
que es usado para la declaración de una sequía artificial y duradera … en el
Segura. No para corregir la sobreexplotación, sino para incrementarla, junto
con diversos regalos al lobby. Es una situación que hay que
revertir con reformas legales de calado profundo. Pero hay una que requiere
sólo un Real Decreto: cambiar las reglas de explotación. Es una medida
necesaria y, si se realiza bien, eficiente. En ese sentido, aplaudimos entusiastamente
la propuesta de la consejera de Fomento de Castilla-La Mancha de plantear al
Ministerio de la Transición Ecológica una reforma de estas reglas de
explotación, basándose en criterios técnicos.
Aunque realizada con años de retraso, es una línea de
acción mucho más interesante que poner a los servicios jurídicos de la región
en modo de recurso automático contra las decisiones de trasvase, camino que no
lleva a ningún lado. Hay argumentos de sobra que justifican el cambio de las
reglas de explotación del Trasvase. Algo que realmente tenía que haber
acometido el ministerio de oficio si realmente velara por el interés general y
el buen gobierno. Esperemos a ver cuál es su reacción a la propuesta de
Castilla-La Mancha.
Posiblemente, a tenor de lo que ha trascendido a los medios, algunas de
las propuestas de la consejería de Fomento de Castilla-La Mancha no pueden ser
llevadas a la práctica con un simple Real Decreto, como puede ser la
elevación del umbral mínimo a 800 hm³. Pero esto no ha de ser motivo de desánimo,
pues técnicamente es posible plantear una reforma de las reglas de explotación,
en los términos establecidos en la disposición legal que lo habilita (la
disposición adicional quinta de la Ley 21/2015), que permita mejorar la gestión
en la línea de la sostenibilidad. Esperemos que la Consejería de Fomento de
Castilla-La Mancha siga confiando en la argumentación técnica, dedicándole los
esfuerzos necesarios, que permitan desmontar las trabas que se pongan. Luego si
los prebostes del ministerio deciden ignorarlos, que al menos quede constancia
y sirva de base para el futuro.
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