En Toledo, en la ciudad de las tres culturas, donde convive el legado de judíos, cristianos y musulmanes, donde El Greco dejó impresa su mirada lánguida nació, dos días después de la Festividad de Reyes, Juan López, siendo el distrito de Santa Bárbara el que le vio dar sus primeros pasos. Y en Toledo, la villa del vidrio y la cerámica sigue, 8 décadas más tarde, quemando zapatillas en sus caminos, en su pista de atletismo y en el asfalto toledano, en las carreteras que circundan la ciudad, donde antes quemó las ruedas de su Seat 600 “preparado” por él mismo para correr sumergido en su pequeño habitáculo.