![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjxzQ4igpElqhjTsd1bs9lwVGEa6YBrR8VWfOlvR14cxMQcsUGb7BHAptRscf04zZQ-UH7JWdKmBrQ8zAwAyLPJOt4woZBk4aASE5ZYAeyIPySzeG_AgK27F5MD9WB6Rtv2RzYF3NK3P-7/s640/escanear0002.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4GdCOqqPAqarj8pLvWO6mzYCWchzlxICFwJDx2FGk8WOtxjHtWkdJZyc_yQLahPjGsoDyhXhV5OADDZWbVs4GRS9LLFhc__dbNQ_K5eB7PTwvbt8zojijmGVRFsEdyrzJomE7zHlnpLZA/s640/escanear0004.jpg)
La misma esta firmada por el primer presidente, Eduardo Díaz Sánchez; como primer vocal, José Martínez Hernández, que pertenenecia a Recursos Humanos de la empresa Standard Eléctrica; como segundo vocal, Adolfo Redondo Manchado, presidente del Comité de Empresa de Standard Eléctrica; como tercer vocal (curiosamente este modelo de estatautos no contemplaban la figura de director técnico), Juan Antonio Rosique Muro; como tesorero-contador, mi mujer, Mª. del Prado Lugo Ocaña y un servidor, Aurelio Gómez Castro, que actuaba como secretario y ambos trabajábamos también en Standard Eléctrica, que después pasó a denominarse Alcatel.