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Miguel Ángel Sánchez [Foto archivo: atletismo toledano] |
La victoria de las gentes del Tajo
Ha ganado el Tajo. Pero sobre todo han ganado quienes creen que vale la pena luchar por lo que crees, por lo que quieres. Que nada está perdido si tú no lo das por perdido. El Tribunal Supremo ha sentenciado lo que ya sabíamos muchos: que sin agua el Tajo no es un río. Que está muerto. Que hay que cerrar el trasvase Tajo-Segura. Y que el Gobierno de España, los diferentes gobiernos que se han ido sucediendo desde la Transición, todos sin excepción han legislado en contra del Tajo, en contra de su tierra, de sus gentes. Como muchas veces he dicho, un Tajo encarcelado en su Guantánamo, perfectamente sepultado bajo planes de cuenca, memorándum, decretos, y una instrumentalización política que, cuarenta años después, ha conducido a un callejón sin salida.
Pero ha tenido que ser la sociedad organizada la que ha venido a tumbar todo ese aparataje. Porque este recurso ante el Tribunal Supremo ha sido interpuesto por las Plataformas del Tajo de Talavera y Toledo, por el grupo ambientalista madrileño Grama, por la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, y por el Ayuntamiento de Mantiel, una pequeña localidad alcarreña de 42 habitantes abalconada sobre el Tajo saqueado en Entrepeñas, testigo de cómo toda una comarca se desangra porque el Estado ha decidido que sus recursos rinden más a orillas del Mediterráneo. Sí, 42 habitantes, Mantiel. Y nadie más. Han sido los ciudadanos, pagando euro a euro, con las cuotas de las asociaciones, poniendo de muchos bolsillos, campañas de micromecenazgo... Y gracias al compromiso personal de quizá los mejores técnicos y expertos jurídicos ambientales de España. Aquí las Administraciones con dinero, los gobiernos expertos en ponerse medallas y apropiarse del trabajo de los demás, nada de nada. Sólo la propaganda y pagar para salir en la foto.
El Tribunal Supremo ha dicho que basta ya con el Tajo. La gente ya lo dijo hace mucho tiempo. La aplicación de la sentencia multiplicará los caudales circulantes por el Tajo, obligará a aumentar las reservas embalsadas en Entrepeñas y Buendía, y eliminará el concepto de “excedente”, que alimenta el trasvase Tajo-Segura. ¿Se hará? ¿Cuál será la nueva trampa? No todo está conseguido. Al contrario. Queda mucho trabajo, pero los cimientos y los pilares han quedado perfectamente definidos. Es imprescindible –ya lo he dicho otras veces– que el Gobierno de Castilla-La Mancha, de una vez por todas, se tome en serio su inmensa responsabilidad para con los recursos hídricos de los ríos que atraviesan nuestro territorio, en especial en las cuencas hidrográficas del Segura, Guadalquivir, Guadiana, Júcar y Tajo; y destine de una vez recursos económicos y humanos adecuados y suficientes a una tarea donde otras Comunidades nos llevan mucho trabajo y ventaja.
Sí. Hoy ha ganado el Tajo. Pero para mí han ganado todos aquellos que han trabajado, que no han desfallecido durante todos estos años desde su convencimiento y desde la dignidad de lo que sienten suyo y robado; desde el atropello a la razón que ofrece la visión de un Tajo moribundo, quizá el mayor patrimonio cultural que poseemos. Y todos aquellos, sobre todos aquellas –porque la lucha por el Tajo viene siendo en gran medida trabajo de mujeres–, que creen que lo escrito, lo decidido por un interés espurio, incluso convertido cien veces en ley, si es injusto hay que cambiarlo. Que nos merecemos lo que perseguimos, lo que creemos. Que nada está perdido si tú no lo das por perdido. Es un día de celebración para quienes pensamos que el Tajo puede volver, pero también para quienes entendemos que nuestros paisajes, nuestros pueblos, nuestra Alcarria, nuestra Jara, nuestras tierras ancladas a sus riberas, nuestro patrimonio cultural y sentimental puede y debe, más que sobrevivir, vivir.
Presidente de la Plataforma en defensa de los ríos Tajo y Alberche de Talavera de la Reina.