Nueva Concentración 19/03/2019 |
Alejandro Cano presidente de la Plataforma, celebró con los asistentes la sentencia del Tribunal Supremo |
VALORACIÓN NO TECNICO-JURÍDICA DE LA SENTENCIA 309/2019 DEL TRIBUNAL SUPREMO
La sentencia número 309/2019 del T.S. dictada a raíz del recurso número
4351/2016 interpuesto por la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche
de Talavera de la Reina, la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo, la
Asociación GRAMA, el Ayuntamiento de Mantiel y la Asociación de Municipios
Ribereños de Entrepeñas y Buendía contra el actual Plan Hidrológico del Tajo
supone un espaldarazo a las denuncias y pronunciamientos que desde la Plataforma
de Toledo venimos haciendo desde su constitución en relación a la gestión y
planificación de la cuenca del Tajo.
La sentencia dice que no se ajusta a
derecho la fijación de caudales que recoge dicho Plan por no ser caudales
ecológicos, anulando el Plan en lo concerniente a caudales. Es cierto que el TS
no estima el resto de pretensiones pero no es menos cierto que lo que anula es
la base sobre la que se asienta el resto del Plan. De todas esas pretensiones,
el TS sólo tumba la que en importancia ocupa el primer lugar, y su caída hará
caer el resto de fichas puestas en pie en el recurso. En definitiva, el Plan no
salta desintegrado por los aires pero recibe un torpedo en su línea de
flotación haciéndolo sucumbir. Es cuestión de tiempo; el tiempo que lleve poner
en valor la formulación de la sentencia.
Para la Plataforma de Toledo en
Defensa del Tajo, con la sentencia no acaba nada. No terminan las
concentraciones de protesta que mensualmente convoca cada día 19, no termina el
tiempo de denuncia, de queja, de sensibilización ni de visibilización de los
problemas por los que el Tajo mantiene su agonía en forma de coma. No termina
la contaminación de sus ríos en todas su formas, no terminan las espumas
invernales ni las papillas flotantes del verano sobre sus aguas, no termina la
prohibición del baño, no termina la extinción de especies de peces autóctonos,
no termina la degradación de sus riberas, no termina el hundimiento de su
cauce, no termina la proliferación de especies alóctonas e invasoras tanto vegetales
como animales, no termina la ausencia de dinámica fluvial que les da forma y
pulso a sus ríos, no termina el fuerte olor a detergente que se desprende de
sus aguas, no termina la imposibilidad de que las especies de peces que les son
propias efectúen sus migraciones, no termina la falta de circulación de sus
aguas más naturales y limpias por sus cauces, no termina la sangría de
trasvases a cuencas externas, no termina la prevalencia de los intereses
económicos hidroeléctricos y de regadíos sobre la salud de los ríos, no termina
la eutrofización de sus aguas, no termina la imposibilidad de navegación ni
siquiera en kayak o piragua, no termina nada.