13 de febrero de 2019

MEDIO AMBIENTE.- Sobre el puy du fou: "Que las administraciones públicas aprueben administrativamente un proyecto no significa que el mismo sea bueno para los ciudadanos"




Al parecer algunos piensan que es un CRIMEN estar en contra del proyecto, nosotros sabemos que es un DERECHO, y no nos van a amedrentar.

¡AYÚDANOS A HACER FRENTE AL RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO POR EL PUY DU FOU EN TOLEDO!

Que las administraciones públicas aprueben administrativamente un proyecto no significa que el mismo sea bueno para los ciudadanos, o que cumpla todos los requisitos legales. Los políticos viven de, y para las urnas. Muchos de ellos se han convertido en políticos profesionales que “necesitan” del voto ciudadano para perpetuarse en sus puestos. Algunos nunca han trabajado en un empleo normal. El hecho de que un mismo partido gobierne en el Ayuntamiento y en la Junta de Comunidades, permite dar un impulso importante a cualquier proyecto. Cuando dicho empuje al proyecto se inicia, incluso mucho antes de que arrancara el procedimiento administrativo (recordemos el brindis con champán entre Page y el empresario francés, o la presentación a bombo y platillo en el palacio de Fuensalida) y se le tiende una alfombra roja, algo falla. La conclusión es clara: desdecirse de su entusiasmo inicial, ante las pruebas evidentes de que el proyecto no es tan bueno, que tiene graves carencias, mentiras, tergiversaciones, e ilegalidades, sería una muy mala carta de presentación para las próximas elecciones, sobre todo cuando ya habían conseguido movilizar a amplios sectores de la población, y a los prohombres locales, a favor del mismo.

En cuestiones de este tipo juega un importante papel la opinión pública. El hecho de ganarse a la mayor parte de la sociedad (de ahí el impresionante aparato publicitario de la prensa que depende de las subvenciones o publicidad administrativa, y de los constantes actos y acciones de charlatanería realizadas por la empresa) “garantiza” el éxito de un proyecto, en el sentido de que los políticos encuentran un respaldo en términos de posibles votos, y la disminución del riesgo de que algún ciudadano se atreva a ejercer sus derechos.

A pesar de toda esa maquinaria puesta al servicio de aprobar el proyecto, materializada incluso en insultos o desprecios, un grupo de ciudadanos, resistimos, convencidos en base a un análisis minucioso del proyecto, de que no es bueno para nuestra ciudad tal y como se ha planteado, y contiene graves ilegalidades.

La apisonadora política trituró el derecho ciudadano a no estar de acuerdo con una decisión administrativa, contestando parcialmente a nuestras alegaciones. La contestación a alguna de ellas es directamente ridícula, de patio de colegio, otras veces contestan a una parte sí y a otra no, y otras directamente las ignoraron. En este proceso administrativo se ha jugado descaradamente a la confusión, presentando los argumentos dispersos en miles de páginas, con el objeto de desanimar al más pintado.

La mayor desfachatez, y ejemplo del talante de los que nos gobiernan, ha llegado sin embargo más tarde, cuando los “disidentes” hemos tenido la “desvergüenza” de utilizar el derecho democrático y constitucional de la tutela judicial. Nuestro recurso administrativo ha puesto de relevancia la poca altura política de nuestros representantes, y ha puesto en marcha a toda potencia el ventilador de arrojar “mierda” para intentar ahogarnos la voz. Su desfachatez, y la de los prohombres que los defienden (con claros intereses económicos, acostumbrados a chupar de la ciudad de Toledo obscenamente, hasta incluso dañarla, u otros intereses ocultos) les han llevado incluso a atreverse a mandar mensajes a la justicia, por si acaso se atreve a prestar atención a los argumentos de los “perroflautas”.

Por el contrario, nosotros, nunca hemos puesto en duda el derecho de los ciudadanos, o de cualquiera a estar de acuerdo y apoyar un proyecto. Ante los insultos, siempre hemos respondido con argumentos, con alegaciones, y con recursos administrativos, todos ellos, claramente, mecanismos totalmente responsables, y que deberíamos ejercer los ciudadanos de forma más frecuente, con el fin de que los poderes públicos se lo piensen antes de aprobar un proyecto de cualquier manera. Y esta respuesta, es posible darla con millones, miles, cientos, o con una única persona, y sería igualmente respetable y el mismo derecho, que a nadie medianamente inteligente, se le escapa que no depende del número de afectos o desafectos.

Dice la Constitución, en su artículo 24.1, que “Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión”. Pues bien, ante el ejercicio de este derecho, hemos tenido que escuchar argumentos tan “democráticos” como que es “una pérdida de tiempo”, o “una falta de respeto”, “son las mismas 30 personas de siempre”, “yo no sé si para este tipo de recursos están las instituciones judiciales de nuestro país”, “los que van en contra del Puy du Fou también van en contra de la sociedad toledana”, e incluso alguno de los prohombres, se atreve a mandar un aviso a los jueces, cuando espera que el "juez que le toque el caso tenga la cabeza en su sitio y sepa ver esta oportunidad tan grande para Toledo”.