José Luis Yela |
Hoy día, asistimos a una fuerte crisis de recursos naturales que exige un cambio radical de paradigma socio-ambiental, como ha sido reconocido por la comunidad científica
(https://joseluisyela.wordpress.com/2016/02/09/la-amenaza-no-nos-hace-cambiar/; https://joseluisyela.wordpress.com/2017/08/17/advertencia-de-los-cientificos-mundiales-a-la-humanidad-un-segundo-aviso/).
A grandes rasgos, podemos distinguir dos aproximaciones al uso de los bienes naturales (https://joseluisyela.wordpress.com/2016/04/15/la-situacion-actual-y-las-vias-de-solucion/): el productivista, convencional y basado en los postulados económicos y sociales inmediatamente posteriores a la revolución industrial, e intensificados tras la Segunda Guerra Mundial, y el paradigma de la sostenibilidad, puesto de relieve tras el reconocimiento explícito del agotamiento de los recursos, producidos por la presión creciente sobre el ambiente de una población humana en aumento exponencial de demanda. El proyecto Puy du Fou entra claramente, en todas sus manifestaciones hasta ahora conocidas, en la primera categoría. No resiste un análisis mínimo desde el punto de vista de la sostenibilidad (¡no de lo que hoy llaman sostenibilidad todos los que quieren aprovecharse del nombre, para justificar aquellos negocios que les interesan!). Lo que el mundo necesita hoy día son iniciativas que conduzcan justo a lo contrario: a una toma de conciencia de la importancia de la conservación del medio y de un uso consciente y de que las propuestas productivistas y consumistas (como ésta de Puy du Fou, que lo es clamorosamente por más que sus promotores quieran defender lo contrario recurriendo a frases agresivas y actitudes demagógicas y populistas) no deberían tener cabida en un mundo que aspire a la perpetuación de la especie humana en condiciones mínimamente saludables. Las declaraciones de quienes defienden el proyecto dejan claro su desconocimiento más elemental de los principios que regulan la dinámica del medio natural y los de su relación con los mecanismos de conducta social humana, tal como son entendidos hoy día por la ciencia de vanguardia. Por otro lado, la declaración de Proyecto de Singular Interés revela que los mismos responsables políticos son conscientes, de alguna forma, de que es necesario pasar por alto regulaciones en vigor, puesto que si no no habría sido necesaria tal declaración.
Profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha
No hay comentarios:
Publicar un comentario