Recibido de Carlos Martín-Fuertes:
Desde el Tajo
DIVORCIO DESPUÉS DE 34 AÑOS (14-1-25)
Carlos Martín-Fuertes
No se equivoque el lector. Desde ahora
les digo, que no se trata de un caso de divorcio de verdad, de los que
desgraciadamente estamos acostumbrados a ver a diario. Se trata de una
separación y un “divorcio” deportivo protagonizado por el Club de Atletismo
Toledo y Unicaja. La firma financiera malagueña, después de patrocinar en los
últimos años y con diversos nombres ha decidido no renovar el apoyo económico y
publicitario al equipo más veterano, numeroso de la región y por donde han
pasado decenas de atletas internacionales hombres y mujeres.
El CAT comenzó
su andadura en 1979 y desde entonces su progresión en número de licencias, de
escuelas deportivas de organizar controles, de montar el Cross y Marcha Espada
Toledana, el único que figura de nuestra provincia en el calendario nacional,
ha sido constante. Siempre se ha nutrido económicamente de las cuotas de sus
socios, de subvenciones y dinero recibido por colaborar en el montaje y
organización de muchas pruebas. Por su experiencia y seriedad han contado con
él en numerosas poblaciones y carreras.
Desde 1990
el patrocinio lo asumió la entonces Caja de Ahorro Provincial de Toledo, luego CCM,
Liberbank y hace poco más de tres años Unicaja Banco. Esta última palabra se
había caído y los rectores de la entidad financiera les habían avisado que a
partir del 1 de enero de 2025 los dejaban de patrocinar. Y así ha sido; han
consumado el aviso. Años atrás, en los comienzos, fueron ayudados por Alcatel y
Deportivos Jucundiano.
Es evidente
que Unicaja apuesta más por su club profesional de baloncesto y otros patrocinados,
que el atletismo en Toledo, ya que este deporte no da beneficios y se proyecta,
sobre todo, en el deporte base. ¡Cuántos atletas internacionales se han formado
en sus filas y después han dado el salto al profesionalismo u otros equipos más
potentes!
El CAT necesita dinero y apoyo. No puede reinventarse y subsistir del aire. Instituciones como la Diputación Provincial, Junta de Comunidades, Puy du Fou y de manera especial Eurocaja Rural están llamadas a arrimar el hombro y salvar la situación. Sería una lástima que un club de 350 miembros, muchos de ellos en edad de formación educativa y deportiva tuviera que colgar el calzón y la camiseta porque quienes pueden no se prestan a ello. Como ejemplo más cercano podemos citar al Club Atletismo Albacete, auspiciado por la Diputación. En fin, hay tarea por delante y una ocasión clarísima para que las principales instituciones respondan. La propaganda ya se sabe, la mejor, el boca a boca no la que se anuncia en los medios y encima sufragada con pólvora ajena.
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