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Presentación de Juan Sánchez, director de la Biblioteca de Castilla-La Mancha en su Facebook el artículo de Antonio Zárate Martín en ABC Toledo (04/08/2017):
"Magnífico artículo del profesor Antonio Zárate Martín. Sus
contribuciones al conocimiento y vías de solución de nuestra ciudad son siempre
oportunas, ejemplares diría yo. Este es el modelo de implicación, una de las
posibilidades, de la sociedad civil, especialmente a través de expertos. Este
artículo debería ser leído con suma atención por las autoridades locales,
provinciales y regionales y considerar las observaciones que se hacen.
No hay
una oposición pero sí se establecen una serie de cautelas que deberían tenerse
en cuenta. Invito a la lectura sosegada de este artículo y, como toledano, sólo
tengo palabras de gratitud para quien está dispuesto a contribuir con su
formación, sus ideas, sus propuestas en la vida toledana y en un proyecto tan
importante como el que se plantea.
¡Que no, políticos, que no sabéis todo! Hay
que escuchar a quienes tienen suficiente experiencia y conocimiento, y además
el único interés es el bien común.. Sé lo difícil que es poner en marcha
proyectos tan complejos como éste pero las prisas nunca son buenas consejeras.
Voy a reflexionar sobre todo lo que plantea mi amigo Zárate".
Juan Sánchez Sánchez
Juan Sánchez Sánchez
"Desde que el grupo empresarial «Le Puy du Fou» y el
presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha dieran a conocer en febrero de
2017 el proyecto de creación de un parque temático de contenidos históricos en
Toledo, sus noticias no dejan de aparecer como eslogan publicitario de gestión
basado en la creación de más de 4.000 mil puestos de trabajo, 1,3 millones de
visitantes al año, 15.000 diarios, con una inversión inicial de 197 millones de
€. Desde luego, las cifras, no sabemos con qué fundamento, no pueden resultar
más deslumbrantes para cualquier observador y obviamente para los responsables
de la gestión pública. En la información facilitada se ha precisado incluso la
localización del futuro parque, en la finca Zurraquín, cerca de Guadamur, en el
borde del escarpe de falla que separa la plataforma de los Montes de Toledo del
fondo del valle del Tajo, el espacio de mayor calidad medioambiental del
municipio toledano.
Llevado por este entusiasmo, el Ayuntamiento se ha
manifestado también dispuesto a desarrollar un Plan Especial para la zona, de
acuerdo con el artículo 76 de la normativa antes señalada, pero sin que tampoco
se conozca estudio previo que justifique esa decisión y que resuelva problemas
de impacto medioambiental, entre otros los de aprovisionamiento de agua,
depuración de aguas residuales y vertidos, problemas que no son menores, sobre
todo si se cumplieran las expectativas de 15.000 visitantes al día. En ese
sentido, sorprende también la facilidad con la que se pasa de declaraciones de
consumo de agua de 550.000 m3 al año a 100.000 m3, y todavía más que el
Ayuntamiento se muestre dispuesto a atender cualquier demanda de agua a la vez
que manifiesta, justificadamente, su alarma ante la reducción del caudal del
Tajo y su contaminación.
En este contexto, en el que sólo se conocen estimaciones de
empleo y del número de visitantes, tampoco parece tenerse en cuenta que la
ubicación del parque no tiene nada que ver con la de Francia, en el municipio
de Les Epesses, de menos de 3.000 habitantes, en la región de Países del Loira,
con abundantes precipitaciones y disponibilidad de agua en todo momento, con un
clima templado, alejado de los rigores térmicos invernales y estivales de
Toledo. El «Puy du Fou» francés se encuentra en el centro de una zona muy
turística, con las localidades más importantes a unos 100 km de distancia:
Angers, Nantes, La Rochelle y Poitiers, y en un espacio de baja densidad
demográfica, lo que minimiza las molestias para los residentes, lo contrario de
lo que puede suceder en una ciudad de 83.336 habitantes como Toledo.
Evidentemente, esa distinta realidad geográfica hará reflexionar sobre las
expectativas de generación de riqueza y, por supuesto, sobre las estrategias de
funcionamiento. Por otra parte, la tramitación del parque de Toledo como
Proyecto de Singular Interés Regional obligará a la elaboración de los
documentos contemplados en el artículo 16 del Decreto 248/2004, de 14 de
septiembre, ya citado, entre ellos el estudio de Impacto medioambiental,
informes geotécnicos, estudio justificativo de viabilidad económico-financiera,
etc., pero para entonces lo fundamental ya estará hecho, la elección de la
ubicación y el cambio de calificación de usos del suelo. A la ciudadanía se le
habrá hurtado la participación en un proyecto que, de llevarse a efecto, debería
ser de todos. A partir de su aprobación oficial, la intervención se reducirá a
la contemplada por la legislación y que, en caso de conflicto de intereses,
podría abocar a situaciones como las que dieron al traste con el proyecto
residencial «Vega Baja» en 2006 o con el POM de 2007, siempre con consecuencias
económicas y costes para las administraciones públicas, por lo tanto para todos
los contribuyentes.
En este proyecto, como en todo lo referente a ordenación del
territorio de Toledo, sigue sorprendiendo cómo se ignora la escala
metropolitana y se opta por la municipal, en un espacio de protección
medioambiental y en contacto con las urbanizaciones de Montesión, San Bernardo
y los Cigarrales, a diferencia de cualquier otro parque temático, lejos de zonas
urbanas. Además, tampoco se ven referencias al Convenio Europeo del Paisaje, de
obligado cumplimiento en España desde el 1 de marzo de 2008. Una vez más, el
paisaje, como bien patrimonial y colectivo, podría ser el primer valor
afectado. De igual modo, no se conocen alusiones a los impactos sonoros y
lumínicos derivados de sus espectáculos nocturnos, uno de los principales
atractivos del parque proyectado. Se volvería así a provocar un impacto
medioambiental sobre zonas urbanas próximas y sobre un entorno de calidad ya
dañado, aparte de en su fauna y flora, por los malos olores y la polución del
aire que provoca el vertedero «El Aceituno« en una ubicación inapropiada, al no
haberse tenido en cuenta valores ecológicos y que los vientos dominantes soplan
de componente oeste, por eso sobre la ciudad. Por cierto, que esos malos olores
podrían resultar insoportables para un parque de ocio que se construirá a
escasa distancia de la dehesa del Aceituno.
En conclusión, sin rechazar posibles ventajas y desde luego
el proyecto, siempre que se lleve a cabo desde criterios de sostenibilidad, sí
haría falta un debate sobre el mismo y estudios previos que llevaran a definir
cuál podría ser la ubicación más idónea. La propia provincia, cerca de Toledo,
podría ofrecer ubicaciones más adecuadas, más propicias a la distribución de
riqueza y empleo, y menos conflictivas desde enfoques medioambientales y
paisajísticos. Y todo ello siempre que no se agraven problemas de escasez de
agua y de evacuación de residuos, sin ocasionar perjuicios medioambientales
sobreañadidos a los que ya existen".
Por Manuel Zárate Martín
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