Opinión - CONSTELACION DE ESTRELLAS DEL ATLETISMO EN TOLEDO
Carlos Marín-Fuertes
El pasado sábado, en Toledo, y debido al acto de homenaje
a Martín Velasco Martín, uno de los mejores entrenadores de Europa de atletismo
en la especialidad de medio fondo y fondo se reunió una constelación de
estrellas del atletismo nacional de la etapa ente los 80 y 90. No en vano,
Martín tuvo a sus órdenes a atletas de la talla de José Luis González,
subcampeón mundial de pista de 1.500 en Roma- 87 y Roberto Parra Mateo, campeón
de Europa de 800 metros en pista cubierta Estocolmo -96. Además, a una veintena
de campeones nacionales, ex plusmarquistas, etc.
Ciertamente la jornada fue un día
inolvidable llena de detalles, momentos fugaces llenos de complicidad, de
recuerdos acaecidos en la pista y fuera de la pista talismán de la antigua
Escuela de Gimnasia, hoy bautizada como “Fernández Gaitán”. Y no olvido citar
la presencia de federativos como Odriozola, expresidente de la Federación
Española y José María Grossocordón, directivo. O periodistas de la talla de
Gregorio Parra, presente en ocho
olimpiadas y junto al toledano- ausente por enfermedad- José Ángel de la Casa,
narraron para los españoles cargadas de entusiasmo vibrante muchas de las
hazañas conseguidas por atletas españoles y de la selección nacional de fútbol
masculino.
La
presentación de la milla “legendaria” en la voz y formas del amigo Carlos Vega
de aquellos atletas que en su día dieron tantos días de gloria al atletismo
nacional y se habían reunido en la pista azul de la Escuela para correr los
1609 metros de la milla fue original. Algunos con bastantes kilos de más; otros
sin pelo. Cada uno, eso sí, conservando su peculiar estilo y zancada hizo que
los centenares de espectadores que presenciamos la prueba disfrutáramos mucho.
Se notó enseguida quien aún practica la carrera y entrena. Lástima que Pepe
González y Miguel A. Erades no se pusieran el calzón corto.
Detalles
de complicidad como el de Aarón de la Cuadra, pupilo de Martín Velasco que donó
en la salida una camiseta conmemorativa con el rostro del homenajeado y los
dorsales personalizados. Eché en falta a alguna cámara de televisión, aunque
los tardones de CMM llegaron al humo de las velas casi. De la otra pública, de
TVE, ni está, ni se le espera. El
concejal de Deportes y el alcalde se animaron y corrieron doblando el primer
edil, pues había entenado por la mañana y se vio que no había programado su
participación, si bien, sí su asistencia al acto.
ENCUENTROS EN LA COMIDA
Martín no fue capaz de articular
palabra alguna cuando se descubrió la placa de cerámica donada por el
Ayuntamiento y acompañada de unas simbólicas pequeñas zapatillas de atletismo.
Habló por él un hijo. Se trataba de un plato donde figuraban las ocho calles de
una pista y en cada calle la mejor marca de sus pupilos en distancias distintas
desde el 800 a la maratón.
En
la comida, imagínense con un centenar de familiares, amigos y compañeros la
emoción de los encuentros de personas que no se veían desde década subió de
tono produciéndose fotografías y momentos para la nostalgia. Después de la
comida, Martín recibió de los presentes un plato de cerámica con el escudo de
Toledo, así como su esposa un ramo de flores y las mujeres un clavel. Ricardo
Ortega, alma mater del Comité Organizador proyectó una serie de fotografías y
vídeos haciendo un recorrido desde los comienzos deportivos de Martín en la
Universidad Laboral de Córdoba donde curiosamente comenzó su carrea deportiva
entrenando balonmano a un equipo
femenino y pasándose años más tarde al atletismo. No faltaron detalles como la
presencia de un alumno, hoy maestro de Educación Física en Cádiz venido
exprofeso al acontecimiento o la grabación del bilbaíno Victo Rojas también
toledano durante algún tiempo, pues vino a entrenar con Martín sabiendo que en
Toledo radicaba en aquella época la Meca del medio fondo nacional.
José Luis González se enrolló
contando su presencia con Martín en el mítico Madison Square Garden de Nueva
York, soltándose el pelo y cogiendo a Martín por el hombro. La gente tenía que
volver a sus casas, se hacía de noche, había un “derbi” futbolístico de alto
voltaje y había que cortar. De nuevo los abrazos y apretones de manos se
hicieron presentes. El día concluía y se había hecho justicia con una persona
callada que había marcado una etapa del
atletismo nacional y europeo.
Perdonen la revelación. Por la mañana cundo iba a la pista perdí la cartera con toda la documentación. Tarjetas de crédito y algo dinero. Después de anular las tarjetas y antes del mediodía ocurría lo inusual. Me llamó la Policía Nacional. Alguien generoso y buen ciudadano había llevado la cartera a la Comisará y estaba hasta el dinero. Y es que, aunque nos empeñemos y digamos muchas veces que no, aún sigue habiendo gente buena.
Emocionante y merecido homenaje
ResponderEliminarMe parece muy bien un recuerdo en vida no cuando se ha muerto uno estupendo
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