Poco le queda ya a la atleta
Irene Sánchez-Escribano Figueroa (Toledo 25-9-92), para ver cumplido quizá el
mejor sueño de su vida deportiva. Correrá el Sábado Santo en Belgrado el XLV
Campeonato del Mundo de Campo a Través. Uno más, será el tercero en esta
modalidad y es uno de los tres atletas de la región que concurren a esta
competición.
Pero no olvidemos que esta
licenciada en Medicina aspira a correr en París en verano los Juegos Olímpicos.
Una competición a la que no pudo acudir por lesión en la anterior cita de
Tokio.
Nació al atletismo, como otros
muchos deportistas, en el colegio “Ciudad de Nara” de Toledo, durante sus
estudios primarios de la mano del maestro de Educación Física José Luis Carbonell.
Un triunfo en Guadamur en el Provincial de Cross y puestos de podio para ella y
sus compañeras propició que en el año 2000 naciera el C.A. San Ildefonso. Un título
nacional cadete hizo que el club creciera y llegara a donde ahora se encuentra.
Años más tarde, entró en la
“cuadra” del solanero Antonio Serrano en Madrid, conocido en Toledo por haber
sido, entre otras cosas, discípulo de Martín Velasco y fichó por el P.
Alicante, Seoane P, Playas de Castellón y Adidas actual. Desde entonces, allá
por 2016, su trayectoria es impresionante. Ha tomado parte en Campeonatos de
Europa de Cross en ocho ocasiones con un octavo lugar como mejor puesto. En dos
mundiales al aire libre; seis veces campeona de España de 3.000 metros
obstáculos, dos títulos nacionales en cross, plata en unos Juegos
Iberoamericanos y 19 veces defendiendo la camiseta nacional. Primera toledana
internacional absoluta; es como si dijéramos- valga el símil-, el Julio Rey o
J.L. González del atletismo toledano, pero en mujer. Tiene calle dedicada en la
pista “Fernández Gaitán” y es de suponer que tendrá que pasar muchos años para
que salga una atleta en la región con un palmarés más brillante.
Sin demérito de Irene, no sería justo dejar de citar la ayuda moral de sus padres Carmen y Tomás, además de su hermana. Tomás preside el C.A. San Ildefonso y fomenta la cantera de atletas y monitores. Bastantes veces la acompañan en sus viajes Tampoco sería justo no mencionar la buena disposición que tiene siempre Irene para acudir cuando puede a centros de enseñanza y lugares similares donde la requieren para animar a los chavales a hacer deporte, llevar una vida sanar y observar hábitos saludables. Es una joven muy empática y se deja querer, Personalmente no quisiera equivocarme, pero creo que tiene el suficiente apoyo y aliciente institucional. Si Dios quiere y no hay sorpresas, será olímpica en París en agosto próximo, el máximo sueño al que puede aspirar un deportista, sin desdeño del europeo de Roma. Si llegase a la final, Carmen y Tomás prevén acudir a la Ciudad Eterna y a París.
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