Visto en el digital Soy Corredor:
Quijote adolescente
El 1 de marzo Aarón de la Cuadra celebró tres lustros al frente de Evedeport, una compañía fundada en el pueblo toledano de Calera y Chozas que cada año está involucrada en la organización de más de 200 carreras.
Correcto mediofondista allá por la
juventud, comenzó con minúsculas islas en el inabarcable calendario de los
domingos con dorsal y, sin renunciar a esas modestas congregaciones, ahora
alimenta mastodontes cuyas metas tragan millares de corredores.
¿Dónde surgió tu enganche con el
atletismo?
Con apenas diez años, sin ninguna
tradición familiar, veía todas las carreras que echaban por televisión, me
compraba las revistas del momento y empecé a salir a rodar cada día por mi
cuenta. No tenía planta de atleta y me llegaron a rechazar en algún grupo de entrenamiento… Esto, sin
saberlo, supuso una motivación extra para decirle a esas personas: “Algún día
seré mejor que todos vuestros atletas”.
¿Qué tipo de atleta fuiste? ¿Cuáles eran
las pruebas en las que más destacabas?
Un corredor entrenado por el
legendario Martín Velasco, que también guió a estrellas como José
Luis González o Roberto
Parra. Entrenaba mucho volumen aunque era un
especialista en 1500, lo que me permitía disfrutar en pruebas de hasta 10
kilómetros, donde mi final me hacía ganar muchas carreras.
¿Y cuándo decides que organizarlas puede
ser una opción laboral?
Esta es la clave de todo. Trabajando en
una tienda de deportes empecé a colaborar con clientes en sus carreras porque
es algo que siempre me gustó. Y un día, hace ya quince años, decidí montar una
empresa para hacer carreras. Algo muy loco por entonces porque había empresas
que montaban grandes pruebas, pero no empresas que a los ayuntamientos pequeños
le ofreciesen la posibilidad de llevar a cabo su carrera; y en esa tesitura
nació Evedeport.
¿Cuál fue la primera prueba que
organizaste?
Una en el instituto. Mi profesor de
Educación Física tenía 15.000 pesetas para hacer alguna actividad y le propuse
organizar una milla. Conseguí pancartas de salida, trofeos, que nos cortasen la
calle… y además gané.
Desde entonces, ¿llevas la cuenta de las
carreras que han pasado por tus manos?
No. La verdad que me gustaría saberlo,
pero solo empecé hace pocos años a contabilizar las carreras de forma anual.
Desde entonces, sí puedo decirte que cada año estamos por encima de doscientas
pruebas.
¿Crees que es un trabajo reconocido por el
corredor?
En general no, pero en mi caso no me
puedo quejar, ya que recibimos muchos comentarios muy positivos cuando estamos
en las carreras… pero hay mucho detrás que no se ve.
Dicen que los organizadores se forran…
Pues mira, durante los primeros ocho
años de la empresa he tenido que vivir con la cuenta en negativo midiendo una
poliza al milímetro y rezando cada noche para que entrasen los pagos. Invertía
todo en material en la empresa y cuando ya pensé en replantearme si vivir así,
con los sacrificios que suponía, si merecía la pena… empezamos a recoger los
frutos entrando en grandes pruebas y, sobre todo, pasando de hacer una carrera
por semana a realizar ocho o diez pruebas (nuestro récord) en una sola semana.
Cada fin de semana es distinto, depende del nivel de la prueba; podemos tener
una única como San Antón, con un desgaste mental y físico que vale por varias carreras juntas… o
muchas carreras pequeñas juntas… o dos importantes como el Maratón de
Varadero, en Cuba, y la prueba ciclista Mallorca 312.
¿Qué porcentaje de lo aportado por el
participante financia cada evento?
Calculo que un 40 % porque el corredor
no sabe que de su inscripción hay que pagar un 21 % de IVA y después, de lo que
paga, pocas veces da incluso para abonar la camiseta, dorsal, chip, seguro… Al
margen de todo esto el evento tiene unos gastos fijos brutales de
infraestructura, personal, premios, sonido, vehículos, y un largo etcétera.
También es habitual escuchar a los
organizadores decir que se pasan el día trabajando, esa ‘yankilada’ del 24 x 7,
¿qué hay de cierto en eso?
En mi caso lo que sí es cierto es que me
paso todo el día activo con el teléfono, el correo electrónico, el WhatsApp… sean vacaciones, de día o de noche. Todo esto va en la forma de ser de
cada uno y por suerte mi trabajo me gusta mucho y puedo decir que no me supone
un sacrifico ser una farmacia de guardia; el día que lo sea estaría perdiendo
la motivación.
¿Te queda tiempo para entrenar?
Pues últimamente y gracias a la
tecnología podemos estar trabajando encima de una elíptica o en cualquier punto, por lo que ahora sí decidí hacer deporte a
diario, aunque siempre tendré el teléfono en la mano. Muchas veces incluso voy
trotando y paro a mandar un mail.
¿Cuándo fue la última vez que te pusiste
un dorsal?
De forma competitiva hace muchos años,
ni me acuerdo, pero en plan ocio fue en el 10K Valencia Ibercaja de hace cinco años. Me dio por entrenar unos meses y con kilitos de
más corrí en 42 minutos.
Además de organizador llevas el
cronometraje de tus carreras. Otro mundillo curioso el de los timers…
Aquí es donde más hemos crecido y donde
volví a tomar otra importante decisión que cambió todo; empecé a ver como los
cronometradores se pusieron a organizar y me dije: “Pues entonces yo tendré que
empezar a cronometrar”. Y nos hemos convertido en una de las empresas más
importantes del sector realizando grandes pruebas y, además, posiblemente
seamos de las que más sistemas de cronometraje tengamos en propiedad.
¿Cuántas personas trabajan en Evedeport de
manera fija? ¿Y cuál es la cifra si ampliamos a los colaboradores?
Fijos somos cinco personas, pero en una
semana loca podemos estar más de 25 formando el equipo.
¿Quiénes son tus referentes en cuanto a
empresas organizadoras de eventos deportivos?
De niño veía carreras en televisión para
ser mejor atleta, y no mucho después empecé a ver vídeos de carreras
organizadas por empresas para conseguir el mismo objetivo, ser mejor
organizador. Siempre he tenido como referencia los montajes de Last
Lap y Sport
Life Ibérica.
Si te dijeran una sola carrera del mundo
para organizar, ¿cuál elegirías?
Maratón de Nueva York… y en España, la
San Silvestre Vallecana.
¿Cuál es la anécdota más desagradable que
has tenido como organizador?
Llegué a sufrir dos boicots en pruebas,
asuntos relacionados con el cronometraje. Aunque lo consiguieron, a mí me hizo
más fuerte. Conseguí sacar los premios adelante, mucha gente vio la manera de
solucionar el tema y eso hizo que se me contratasen más pruebas todavía.
¿Y la más emotiva?
Vivo tanto mi trabajo que en pruebas
donde me la juego en exceso la presión es grande y me hace tener los
sentimientos a flor de piel. En esos días intento que mi familia esté allí,
aunque apenas la vea, pero me da tranquilad. Hace un par de ediciones de la San
Antón, cuando terminó la prueba, empecé a llorar por todo lo acumulado. Por
estas cosas me gustaría que el corredor se ponga e imagine lo que supone tener
un evento así en tus manos.
¿Qué le dirías a una persona a la que le
gusta correr y quiera organizar una carrera?
En primer lugar, que piense que una
carrera, si no tiene patrocinadores, le va a generar perdidas; ahí comprobará
que es cierto que con el precio de una inscripción sólo puedes pagar el 40 % de
los gatos. Después de conseguir esa financiación le diría que no arriesgue y
contacte con empresas que le garanticen un servicio completo.
Acabas de fichar por Joma, la principal
multinacional del deporte español. Imagino que el ejemplo de Fructuoso López lo
has tenido siempre presente, alguien que desde Portillo de Toledo, un pueblito
de la provincia, llega a conseguir que en todo el mundo se usen sus productos
para realizar infinidad de deportes…
Me hace especial ilusión que siendo de
Toledo pueda llevar la marca Joma por todas las carreras donde vamos. Está
claro que Joma es el ejemplo a seguir de como, si se trabaja con los pies en el
suelo y se es serio, se puede llegar lejos. Es un orgullo para cualquier
toledano ver el crecimiento de la marca.
Tu pareja, Ana del Cerro, es una local
hero manchega, probablemente la corredora que más veces ha subido al
podio en la comunidad… ¿Cómo vive esa pasión tuya por organizar y hacer crecer
la empresa?
Pues Anita, como funcionaria que es, la
parte arriesgada no la lleva my bien, pero ella lleva quince años dándome
tranquilidad, apoyo y estabilidad en todos los sentidos de mi vida, algo que
para mí es clave. Ahora tener a mi mujer y a mi hija Julia corriendo en pruebas
donde estamos es la mayor felicidad que jamás imaginé.
¿Cuál es la carrera más grande que
organizas?
Llevamos direcciones técnicas de pruebas
como la Carrera Urbana Internacional Noche de San Antón, con 12.000 corredores,
la Nocturna de Toledo, el Maratón de Varadero…
¿Y la más pequeña?
No sabría decirte. Pues podemos pasar de
tener 12.000 corredores en una prueba y 80 al día siguiente en otra, para mí
todas son igual de importantes y las trato de la misma manera.
¿Cuál es tu aspiración como organizador?
Mantener este nivel de felicidad que he conseguido pudiendo tener un sueldo digno, disfrutando de Anita y Julia en muchas carreras y, sobre todo, no quiero dejar de ver a todos esos corredores que saludo cada semana, les guardo las llaves, la sudadera que acaban de usar para calentar… esas cosas de última hora. Los que me conocen saben que voy a seguir creciendo en lo profesional porque amo mi trabajo.
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