Recibido de la Plataforma de Toledo en
Defensa del Tajo:
COMUNICADO DE PRENSA
10.05.2023
Colectivos ciudadanos de la
cuenca del Tajo desmienten los bulos sobre la supuesta demolición de presas
• La retirada de presas y
azudes abandonados es una obligación legal que los organismos de cuenca llevan
a cabo en España con notable retraso.
• La restauración de ríos
retirando obstáculos se lleva a cabo con garantías jurídicas y exclusivamente
sobre infraestructuras abandonadas.
• Actualmente se está
tramitando un Reglamento europeo de restauración de la naturaleza que incluye
la eliminación de barreras fluviales, como la que se está haciendo por las
cuencas hidrográficas, a nivel de toda la Unión Europea.
• Una treintena de colectivos ciudadanos y ecologistas de la cuenca del Tajo denuncian la campaña de bulos y animan a la Confederación Hidrográfica del Tajo a acelerar la recuperación de los ríos madrileños mediante la demolición de obstáculos abandonados y con cargo a sus titulares, conforme está previsto en la legislación.Estos días circulan falsas informaciones sobre una supuesta estrategia del gobierno para retirar presas “en plena sequía”, afirmando incluso que se trata de infraestructuras para el riego de cultivos agrícolas. Es una campaña infundada y falsa, destinada a influir con bulos en los electores y crear una opinión contraria a la restauración que necesitan ríos tan alterados como los de la Comunidad de Madrid.
España tiene la mayor
cantidad de presas de Europa [1], a pesar de lo cual algunos colectivos de
regantes reclaman más infraestructuras, como si el hormigón aumentara el caudal
disponible para el regadío, en una moderna versión del milagro de los panes y
los peces. Los caudales disponibles están en retroceso desde hace años por la
reducción de lluvias que provoca el cambio climático, pero también por el
aumento paralelo de los regadíos. Son los mismos sectores que valoran los ríos
como canales por donde se pierde el agua camino del mar.
Las 108 barreras que ha
retirado el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) en toda España en 2021,
no son presas, son pequeños azudes e infraestructuras ABANDONADOS (el 76% de
menos de 2 metros de altura) y sin ningún aprovechamiento. Se trata de actuaciones
previstas en la legislación de aguas y de patrimonio público, que establecen
que las infraestructuras de una concesión se podrán retirar por la
“interrupción de la explotación durante tres años consecutivos” [2]. Garantizar
la continuidad longitudinal y lateral de los cauces es una obligación de los
organismos de cuenca[3]. La retirada de estas infraestructuras, una vez
concluido el expediente de caducidad, corresponde al titular de la concesión
[4].
El MITECO no está haciendo
otra cosa que cumplir la legislación cuando se dan las condiciones y con las
garantías de seguridad jurídica previstas. Y lo hace tímidamente. En 2023 hay
barreras sin retirar a pesar de que estaba previsto en el Plan de Restauración
de Ríos de 2005[5]. De las 113 presas y azudes existentes en los ríos
madrileños, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) tan sólo ha retirado
hasta la fecha una docena de estas infraestructuras [6], siempre pequeños
obstáculos.
Incluso, a nivel europeo,
tanto el Parlamento como el Consejo de Europa están trabajando en un reglamento
de restauración de la naturaleza que incluye en el artículo 7, la eliminación
de barreras en los cursos fluviales. Este reglamento continuará su avance
durante la presidencia española de la Unión Europea.
Por ello, la CHT debe
intervenir también sobre barreras fluviales relevantes y ABANDONADAS desde hace
tiempo en los ríos madrileños. Es el caso de la presa de Aulencia, que hace
décadas suministraba abastecimiento a diversas poblaciones y que hoy tan sólo
es un depósito de lodos tóxicos o la presa de Miraflores de la Sierra, una mole
de hormigón, sin garantías de seguridad estructural, que impide la recuperación
del “buen estado ecológico” que obliga la Directiva de Aguas. Hay ríos
madrileños, como el Tajuña, que tienen un azud cada 1,5 kilómetros, la mayoría
de ellos simples estructuras abandonadas por sus titulares desde hace décadas.
Las numerosas barreras
fluviales que alteran nuestros ríos provocan graves problemas río abajo,
incluso en el mar, frenan el flujo de nutrientes y sedimentos, fragmentan el
hábitat, favorecen la presencia de especies exóticas invasoras y bloquean el
paso de especies migratorias como los ciprínidos o los salmónidos, especies que
en la Comunidad de Madrid están en franco retroceso desde hace tiempo. El
efecto positivo que la demolición de barreras genera en los ecosistemas
fluviales ha quedado ya demostrado en ríos madrileños [7]. Por todo ello, no
hay ninguna justificación para la permanencia de estas barreras cuando el
titular las ha abandonado y ya no cumplen ninguna función o aprovechamiento.
Los colectivos abajo firmantes animan al Ministerio de Transición Ecológica a que cumpla con la legislación de aguas y acelere alcanzar el objetivo de garantizar el “buen estado ecológico” en los ríos madrileños y de la cuenca del Tajo mediante un plan de retirada de barreras fluviales abandonadas, en el marco del Plan de Restauración de Ríos 2022-2030.
[1] https://www.expansion.com/sociedad/2018/09/23/5ba7dedbe2704e
51b08b464d.html
[2] Art 161.2 del Real Decreto 849/1986 (Reglamento del Dominio
Público Hidráulico).
[3] Art. 126 bis del Real Decreto 849/1986 (Reglamento del
Dominio Público Hidráulico).
[4] Artículo 101 de la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones Públicas.
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