27 de julio de 2020

José Luis González: hoy se cumplen 35 años de su actual récord de España de la Milla (3:47.79) y es entrevistado por Emeterio Valiente para la Web de la RFEA

José Luis González en el Cto. Nacional, previo al Mundial de Cross,
disputados ambos en el hipódromo de la Zarzuela de Madrid en 1981
[Foto archivo atletismo toledano]
González en la Escuela de Gimnasia de Toledo
[Foto archivo atletismo toledano]
González junto a Martín Velasco, su entrenador de siempre
[Foto archivo atletismo toledano]
Entrenando en el circuito de los pinos de los Gavilanes en el cruce de Bargas con la 401
[Foto archivo atletismo toledano]
González entre Martín Velasco y Ricardo Ortega
[Foto archivo atletismo toledano] 
Junto a Ortega y González
[Foto de atletismo toledano realizada por Martín Velasco]

El toledano José Luis González Sánchez, nacido en Villaluenga de la Sagra el 08/12/1957, es entrevistado por Emeterio Valiente para la Web de la Real Federación Española de Atletismo. Ha sido 46 veces internacional absoluto entre 1978 y 1992 . Fue plata en el Mundial de Roma en 1500 m.l. en 1987 y está en posesión del actual récord de España de la Milla con 3:47.79, conseguida en Oslo el 27 de julio de 1985. Su mejor marca en 1500 m.l. es de 3:30.92, que fue récord de España en Niza el 16/07/1985, tal solo 11 días antes de su récord de la Milla.

"José Luis González, enamorado de la milla"

Por Emeterio Valiente

Oslo, 27 de julio de 1985, son las 23:26h de un día de luz infinita, pero ya anochece en el celebérrimo Bislett stadium, mudo testigo ya de un sinfín de hazañas cronométricas. 'Pepe' y sus coetáneos se disponen a escribir otra gloriosa página embravecidos por el rugido de las atestadas y sabias gradas nórdicas. Nadie como el protagonista para evocar con encendida pasión un acontecimiento histórico y un récord de leyenda que amenaza con cumplir el medio siglo de vigencia.

El actual récord de España de la glamourosa milla alcanza hoy la categoría Máster al cumplirse ¡35 años! de la gesta escandinava de 'Pepe' en un escenario de ensueño como los 'Bislett Games' de Oslo. Antes de rememorar tamaño acontecimiento expresa una declaración de intenciones: "me gustaría que con este reportaje la gente joven conociera mejor a la gente de mi generación, creo que hicimos grandes cosas y que merecen que se sepan y se recuerden". Realmente, el toledano más anglosajón acumula ya 41 años como plusmarquista de los 1609,34m, pues ya se hizo con el primado cronométrico de la distancia en el lejanísimo 1979, cuando se lo arrebató a un histórico como Antonio Burgos. "Cogí el récord en 3:59.0 y lo dejé en 3:47.79. La milla era mi prueba preferida, mi entrenador Martín Velasco me inculcó la filosofía de los países anglosajones, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Estados Unidos….allí la milla tenía una gran tradición, me hablaba de Herb Ellitot, de Peter Snell, de Jim Ryun, de John Walker …en mi época la milla era la prueba reina, por encima del 100; la emoción que sentía al competir por ejemplo en Oslo es indescriptible; la carrera fue ya de noche porque la petrolera Mobil pagaba para que la BBC la retransmitiera en directo a esa hora, que eran las 6 de la tarde en la costa este de Estados Unidos, donde tenía mucha audiencia; yo soy un nostálgico, un romántico y me hubiera encantado que alguien que amase a la milla como yo me hubiese batido el récord y a su vez dejara esa semilla en los jóvenes, porque me temo que muchos desconocen la esencia de esta prueba y lo que ha representado en la historia".


Con vehemencia contagiosa relata con precisión cada detalle de esa inolvidable noche, "me encantaba correr a esa hora, allí oscurece tarde y a las 23h era casi de día todavía; calentábamos en un cementerio cercano, se metían 33.000 espectadores en las gradas y se generaba una atmósfera mágica porque la milla tiene connotaciones especiales: los focos iluminan la parrilla de salida, sales casi de la meta, no como en 1.500 donde sales en un rincón de la pista, el cartel de cuatro vueltas, la presentación uno a uno con el público encima….y en carrera el público te lleva en volandas, si tienes buen oído puedes saber a qué ritmo vas por el tono del público; esos 109 metros adicionales al 1.500 son dolorosos, le dan a la milla una dureza excepcional, no es una prueba para cualquiera; el primer 400, en realidad 440 yardas, fue rápido, en 56.01, y ahí me adelantó Steve Cram, que me dio un codazo que casi me parte el esternón aunque no me puedo quejar porque en mi carrera yo he dado más codazos de los que he recibido es un deporte te contacto y cuando alguien te da un codazo así solo queda felicitarle (risas); el 800 lo pasamos en 1:53.82 y a la altura del 1.000 pasé a Scott y me situé tercero detrás de Cram y Coe; ahí ya el ruido era ensordecedor y por eso sabes que la carrera va para récord del mundo y yo con mucho margen sobre mi anterior récord de 3:49.67, también hecho en Oslo con 23 años; a falta de 300 Cram empieza a levantar rodillas, a ampliar zancada, se va irremisiblemente y noto que Coe empieza a titubear por lo que le paso justo antes del 1.500, que cruzo en 3:33.30. Cram hizo una última recta memorable y los últimos 400 más rápidos de la historia, a esos ritmos, acabando en 53s batiendo el récord del mundo con 3:46.32".

Por segunda vez en su carrera derrotaba a 'sir Coe', actual presidente de World Athletics, sobre el que nos desvela: "Coe era muy 'especialito', no te lo encontrabas nunca, ni calentando, ni en el hotel, a veces incluso yo dudaba de que apareciese y le veía por primera vez en los progresivos previos a la carrera; cuando le gané por primera vez en París en 1983, después de correr le tuve que coger yo de la mano para dársela…; él nunca quería enfrentamientos, huía literalmente de ellos, bien porque no estuviera en forma o porque no quería rivales cuando asaltaba récords". Reivindica Pepe el haber llevado el mediofondo español a otra dimensión, "los británicos en general nos ninguneaban al principio, nos menospreciaban, recuerdo que Abascal se enfadaba más que yo; quizás era porque no teníamos mucha tradición en esta prueba; luego ya cuando empecé a ganarles empezaron a levantar el veto. Eran los emperadores y además eran unos emperadores tiranos y luego estábamos el norteamericano Steve Scott y yo que éramos los mejores 'outsiders' y los únicos que conseguíamos derrotarles".

En 2001 el coruñés Andrés Díaz se acercó infinitesimalmente a la plusmarca con 3:48.38, "era un atleta de calidad, tenía ya 3:31.48 en 1.500 y podía andar cerca del récord; me hubiera gustado que tanto Reyes Estévez, como Fermín Cacho, aunque hizo 3:49.56, se hubieran prodigado más en la milla; Isaac Viciosa tenía una tremenda calidad y corrió muy rápido en algunas de las millas de Nueva York, podía haber estado en mis tiempos de habérselo propuesto; insisto, preferiría no tener el récord a la falta de interés por la historia de la milla, por ejemplo, yo tengo mejor marca en la milla que Ovett (3:48.40) pero nadie lo dice porque casi nadie lo sabe".


Adentrándonos en otro de los capítulos de oro de su trayectoria, la pista cubierta, Pepe marca su territorio, "la gente la valora poco, pero ¿cuántos campeones olímpicos han brillado también en pista cubierta? Por ejemplo, Coe fue campeón de Europa indoor en San Sebastián, y después fue campeón olímpico". La primera presea la atrapó en Milán 82 encabezando con Abascal un doblete patrio (3:38.70/3:38.91) aunque la noche anterior no fue precisamente ideal: "compartía habitación con Colomán Trabado y Emilio, que era el masajista del Real Madrid; como roncaba, no pudimos dormir más de cuatro o cinco horas y recuerdo que Javier Arques me dijo: "Pepe, vas a ganar porque en la víspera hay que dormir poco". Lo que no es conocido es la gran audiencia que tuvo la prueba "la final se dio en directo en el Bernbéu en el descanso de un Real Madrid-Betis, lo presenciaron 70.000 espectadores allí y por televisión lo vieron 17 millones y medio, algo impensable ahora mismo".

Ya en enero de 1985 París alumbró a los Juegos Mundiales donde atrapó la plata (3:41.46) frente a un elenco que incluía al australiano Mike Hillardt y el keniata Joseph Chesire, que le acompañaron en el pódium, "realmente, yo no preparaba las temporadas de pista cubierta, en invierno entrenaba por arriba y no me ponía clavos, pero el sistema de becas de la Federación nos obligaba a hacer la doble temporada de pista cubierta y aire libre y competir en los grandes campeonatos" Ese mismo marzo se echó al zurrón su segundo oro continental en Atenas por delante (3:39.26/3:39.75) del emergente irlandés Marcus O'Sullivan, que llegaría después a igualar sus tres títulos, "no es por presumir, pero para mí ganar los Europeos no era difícil aunque había grandes rivales como Abascal, O'Sullivan, el alemán Thomas Whessinghage, los italianos…". Al año siguiente completó el 'hat trick' con un triunfo en casa en el viejo Palacio de Deportes de Madrid de escasos 164m de cuerda, "ahí gané también bien (3:44.45/3:45.07), aunque José Luis Carreira, que fue plata, ya me apretaba".


Como colofón a ese invierno del 86, González asaltó el récord del mundo que ostentaba el irlandés Eamonn Coghlan con 3:35.6, "tengo que decir que los récords hay que batirlos en los grandes míines, para mí vale más un récord batido en Zurich o en Oslo que otro en un control que solo estás tú y está todo medido y calculado; el caso es que Unipublic montó el asalto al récord, íbamos todos de amarillo del Larios; la primera liebre fue 'Pepillo' Alonso, que tiraba hasta el 600 y la verdad es que se le fue el parcial más de dos segundos, luego Trabado intentó recuperar ese tiempo, pasamos el 1.000 en 2:24.33 y ya el último 500 lo hice solo; acabé en 3:36.03"; aquel 1 de marzo de 1.986 acabó pues en decepción, pero después la IAAF dictaminó que la marca del irlandés no debería haber sido homologada, dejando así el camino expedito para proclamar a González flamante nuevo plusmarquista mundial de 1.500m bajo techo. "Recuerdo que gané una buena cantidad para esa época (800.000 pesetas) y se la di íntegra a mi entrenador en reconocimiento a todo lo que había hecho por mí hasta entonces, en esa época ningún atleta pagaba a su entrenador".

Hechos, por triplicado, los deberes en 1.500 Pepe el polifacético se alistó en el 3.000 del Europeo de Lievin 87, donde distanció en casi dos segundos (7:52.27/7:53.93) en la última vuelta al alemán Dieter Baumann, campeón olímpico de 5.000m en Barcelona 92, "ese año estaba tocado por la varita mágica, estuve en forma todo el año y gané 22 pruebas de las 30 que disputé; como siempre, fui a ese Europeo buscando la victoria y como preparación para el verano, pero claro que me hizo ilusión batir el récord de Salgado, un atleta histórico de mucha calidad".

Budapest es otra de las urbes que ha disfrutado sus excelencias, no en vano firmó allí en el 88 su quinto oro continental revalidando su cetro europeo de 3.000, preludio del Mundial del año siguiente donde se enfrentó a una de las vacas sagradas de la época, nada menos que el marroquí Said Aouita "recuerdo que corrimos el último mil en 2:23; la verdad es que con Aouita no sabías nunca cómo plantear la carrera, si atacar de lejos, esperar al final…daba igual, respondía a todo. Ese año había batido el récord de España de 3000 (7:47.38) en los Millrose Games de Nueva York sin haber tocado el tartán, pero hay gente que no se lo cree; yo entrenaba intencionadamente en dificultad, por caminos, no me ponía clavos y, claro, cuando corría en una pista de 200m de tartán eso era un altar para mí; sé que muchos atletas hacían constantemente ritmo de competición con clavos para saber cómo estaban pero yo en invierno nunca lo hacía".

Su última presea internacional, de bronce quizás como una señal inequívoca de que ya nada sería igual, la obtuvo en el 3.000 del Europeo de Génova, ya con 34 años cumplidos, en el olímpico 1992: "el problema ahí es que ya no cambiaba igual y tenía muchos problemas en los tendones rotulianos, dormía mal y a veces tenía dificultades hasta para andar". El no verse tan competitivo como en sus años dorados fue determinante a la hora de decidir su retirada, a finales del 92, "yo tenía un final demoledor, en los últimos metros cambiaba y siempre acababa entre los primeros; en el Mundial de Tokio ya no pasé a la final porque me abrí para cambiar pero me quedé en el mismo puesto donde estaba….estoy de acuerdo con la filosofía de Coe y Ovett: cuando dejas de ganar esto deja de tener interés y hay que ir pensando en dejarlo, además de que hay que dejar sitio a los jóvenes".

Se le ilumina el rostro al glosar los recuerdos de sus giras ochenteras por las pistas cubiertas de Estados Unidos, "allí se me valoraba mucho y yo acudía encantado, me ponían limousinas, me abrían los 'colleges' para entrenar si lo necesitaba…; empecé a ir en 1981, el único europeo que iba era el pertiguista francés Thierry Vigneron; gané dos veces los Millrose Games, que se corrían en una pista de madera y 144m de cuerda y tres meses antes estaban todas las entradas vendidas".

De las estratosféricas marcas de González (3:30.92 y 3:47.79) bien se podría inferir que tenía el récord de España de 800m (Colomán Trabado, 1:45.15) en sus piernas pero nunca llegó a intentarlo, "yo quería mucho a 'Colo' y no le quería quitar el récord, pero estoy convencido de que valía 1:44.6/1:44.7". En cambio, sí reclamó protagonismo en el 5.000, batiendo dos veces la plusmarca española ambas en Oslo, siempre Oslo, "para mí era la prueba más complicada en pista; cuando hice el récord de 13:12.34 acababa de ganar a Cram en el 1.500m de la Copa de Europa de Praga con una última vuelta en 49.86 y también competía Abascal, que había ganado allí el 5.000; había hablado con el mexicano Arturo Barrios, que iba a ser la liebre, para que pasara sobre 7:52 el 3.000; yo querría haber pasado más rápido, pero tenía Abascal pegado todo el rato, sabía que era un rival muy peligroso y lo importante para mí era la victoria, no el tiempo; al final batí el récord pero el entró a solo 15 centésimas; creo que en esa carrera podía haber estado en 13:08 y durante mi carrera podría haber corrido sobre 13:04".

Atleta total, tampoco el cross escapó de sus ambiciosas garras, con una conspicuo número de éxitos a sus espaldas, desde su subcampeonato mundial júnior de cross en Rabat con 17 tiernos años, a su doble título nacional absoluto (80 y 81), pasando por victorias de postín como el cross de Lasarte, "Me he criado en el cross, tenía la referencia de Mariano Haro, al que admiro mucho, Salgado, Aguilar, Aritmendi y tantos otros…el responsable de cross, Gerardo Cisneros me dijo en una ocasión: "puedes ser medalla en un mundial de cross"; fui 15º en Limerick con 21 años, pero el cross no se valora lo suficiente, fíjate Antonio Prieto o Alejandro Gómez, al que le envío un abrazo, que han quedado entre los 10 primeros de un Mundial, que es para mí la prueba de más nivel de todo el atletismo, creo que no se les ha valorado lo suficiente". No todo fue un camino de rosas para un atleta que tenía los medios propios de los vetustos años 80, "yo me lesionaba mucho, muscularmente no trabajábamos como se debía haber trabajado; yo además tenía espina bífida, la L-5 que me pinzaba el nervio ciático y eso me obligaba a parar totalmente varias semanas; también tuve asma por esfuerzo, cogía gripes, mi primera analítica no me la hice hasta el año 86. Además, hasta los 26 años compatibilicé el atletismo con mi trabajo, fui tornero y después delineante, luego ya aposté por el atletismo, empezó Unipublic a organizar mítines, había gente como Miguel Ángel Monjas, Pineda que se involucraron mucho, como también José Ángel de la Casa y Gregorio Parra; luego en el 86 me encuentro a Miguel Mostaza y le dije "tú eres la persona ideal para venir conmigo, sabes inglés, además eres fisioterapeuta y yo me rompo con frecuencia; hasta entonces me tenía que poner en una cola larga hasta las 2 de la mañana para cobrar lo que fuera por el mitin de Zurich, Coblenza o donde fuera y a partir de entonces ya se encargó Miguel de la esos temas, pero hasta entonces las negociaciones las llevaba yo y en ocasiones llegaba al mitin que fuera y si no me ofrecían lo que yo estimaba que valía les decía que no corría, recuerdo negociar hasta el último momento con Svein Arne Hansen en Oslo; a veces Abascal estaba conmigo y alucinaba, pero al final conseguía un caché justo".

Su discurso fuera de la pistas fue siempre tan letal como cuando agachaba ligeramente la cabeza al entrar en la recta final como preludio de su hachazo final, "creo sinceramente que, salvo excepciones, la prensa español en general no ha valorado en su justa medida mis logros, cuando he sido subcampeón del mundo al aire libre, la primera medalla española en pruebas de anillo y también en pista cubierta, cinco veces campeón de Europa en pista cubierta, he batido 23 récords de España y uno del mundo; cuando hice 3:30.92 y 3:47.79 en 1085 en ambos casos era la cuarta mejor marca de la historia, he ganado carreras desde los 800m hasta el cross, también la San Silvestre Vallecana, la Jean Bouin, la milla de Nueva York, he estado una década entre los 10 mejores del mundo de la revista Track & Field News… en cambio, cuando lo he hecho mal se me ha atacado sin piedad, tanto en los Juegos Olímpicos de Moscú, donde era aún muy novato y me sobrepasó la situación, o en Los Ángeles 84, que los afronté fuera de forma porque había estado lesionado justo antes de los Juegos; recuerdo un año que al llegar al mitin de Lausana me habían metido en la serie 'B', yo ya tenía un nombre y dije que no corría en una serie 'B' y me volví a España; la prensa, a toda plana, tituló, "González se cierra las puertas de Europa". Una semana después fui a Oslo, hice 3:33 y el organizador de Zurich me dijo que fuera allí cuando quisiera; nadie me había cerrado las puertas, ya me encargaba yo de abrírmelas de par en par".

En ese 1987 donde González se hallaba en estado de gracia, el Mundial de Roma se antojaba la ocasión perfecta para rellenar ese renglón vacío de su currículum en forma de medalla en un gran evento al aire libre, "en los meses previos me mentalicé muy bien para hacerlo bien allí porque sabía que si fallaba me iban a 'crucificar'; ya tenía 29 años, había alcanzado una gran madurez y recuerdo que llegué a Roma muy tranquilo y no me alteré en ningún momento; en series fui segundo cómodamente en 3:39 y la semifinal fue muy rápida, entré por delante de Bile y Cram en 3:35.68; la final, que era la tercera carrera en cuatro días, salió muy lenta, 2:03 el 800, y Bile, que era un atleta de 1:43, acabó el último 800 en 1:46 y yo en 1:47 largo y yo puedo asegurar que durante toda mi carrera deportiva he ido limpio como la patena y de eso estoy especialmente orgulloso; Roma era un Mundial en una época en la que se disputaban cada cuatro años, por ejemplo en el año de mis mejores marcas, 1985 no hubo Mundial, había menos oportunidades y esa medalla de Roma tenía un valor altísimo para mí, aunque no todo el mundo lo reconociese".

En el epílogo resume 'Pepe' cuál es su auténtico ADN, "cuando corría una milla en Oslo tenía la sensación de estar en 'mi ciudad', en un sitio mítico y donde me gustaría haber nacido". José Luis González, genio y figura.

- FUENTE RFEA

- SU HISTORIAL DEPORTIVO TOMADO DE LA RFEA

Entrevista de Jorge González Amo en mayo de 1987 a González
[Portada del nº 12 de Corricolari de mayo del 87]
 
 

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