Miguel Ángel Sánchez [Foto tomada de su Facebook] |
Tanto es así que la gestión aberrante que se practica en el Segura mantiene –prietas las filas– el apoyo del Ministerio, sea antes de Medio Ambiente, ahora de Transición Ecológica. Las estructuras de los distintos organismos de la administración arrastran esa inercia que no tiene visos de cesar. Tanto es así que mensualmente la Comisión de Explotación plantea trasvases máximos, a sabiendas de que juega con las cartas trucadas, que los cálculos de aportaciones son tan falsos como hinchados, y que es una vergüenza la gestión –simplemente en parámetros hidrológicos, sin entrar en tonterías ambientales– de la cabecera del Tajo.
Fracasado el trasvase –destrucción del Tajo, agotamiento minero de la cabecera, arrasamiento del Mar Menor, insostenibilidad de decenas de miles de hectáreas de regadío industrial e intensivo– el Tajo-Segura constituye en la raya del año 2020 un cadáver exquisito por el que pelearse, que sigue dando votos –ahí está la PNL de Vox para rascar más votos al PP en Murcia– y los repetidos guiños del Psoe de C-LM jugando con el trasvase para los regadíos de la Mancha o las eternamente moribundas Tablas de Daimiel. Que por cierto, tienen sus pozos de sequía previstos para la acostumbrada desastrosa gestión del acuífero de la Mancha Occidental.
Cualquier propuesta que no exija el cierre inmediato del Tajo-Segura es equivocada. Ni trasvase a la Mancha con la excusa de beber. Ni a las Tablas, que si son Parque nacional deberían tener garantizado el funcionamiento de su propio ecosistema, y no gestionarse como una alberca para patos y garzas; y menos dar por buena la excusa del uso en Levante para abastecimiento. Porque es mentira, porque se incumple la ley. Y porque , al final, va pareciendo una excusa desde aquí para mantener sine die, blanquear el trasvase Tajo-Segura. Es un error. A Estas alturas, a poco menos de una década de la fecha clausura que se marcó en su día cuando se redactó el proyecto, y habiendo sufrido cuatro décadas el aparataje técnico y jurídico de su explotación, poco queda por decir. Salvo una y otra vez que se cierre, ya y para siempre, el Tajo-Segura.
MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ
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