Ilustres asistentes al Acto en el centro cultural de San Marcos [Foto: Ayto. de Toledo] |
Enrique Sánchez Lubián en su Facebook:
Esta mañana se ha presentado en el Centro Cultural de San
Marcos la II edición de la Ruta Multideportiva “La Vuelta del Tajo”, que se
celebrará el próximo día 28 de octubre, fecha coincidente con el centenario de
la primera carrera pedestre, documentada, celebrada en nuestra ciudad con ese
mismo recorrido.
Para quienes nos gusta salir a correr en la ciudad de
Toledo, el recorrido más popular y emblemático que solemos hacer es, sin duda,
la Vuelta al Valle. El día 28, cientos de corredoras y corredores nos prenderemos
un dorsal para participar en la segunda edición de esta prueba reivindicativa
para protestar por el estado que presenta nuestro río y, de paso, conmemorar
esta efeméride deportiva.
En la ciudad de Toledo, el atletismo es un deporte
centenario y pruebas como ésta contribuyen a poner en valor su longevidad.
Su práctica comenzó en los primeros años del siglo XX,
apareciendo como actividad complementaria de las carreras ciclistas que clubes
como la Sociedad Velocipédica Toledana organizaban con motivo de las diferentes
fiestas de la ciudad.
El pedestrismo, o el cross-country, como se le conocía en
aquellos años, fue adquiriendo popularidad gracias al impulso dado por la
recuperación de los Juegos Olímpicos, especialmente por la celebración de emblemática
carrera de maratón, cuya primera edición ganó el griego Spyros Louis en 1896.
En Madrid, el primer campeonato de cross-country se celebró en 1910, por las
inmediaciones del Parque del Oeste y Moncloa.
En Toledo, el impulso de esta actividad deportiva, que ya se
practicaba entre los alumnos de la Academia de Infantería, llegó a partir de la
creación del Club Deportivo Obrero, fundado en 1916 en el seno de la Fábrica de
Armas.
El objetivo del Club era “hacer jóvenes vigorosos, fuertes
para la lucha por la vida, arrancándolos de los centros de perversión y
embrutecimiento, para hacerles emplear los días de asueto en deportes que los
fortalezcan y diviertan”.
Durante las fiestas del Corpus de 1917, el Club organizó una
carrera pedestre entre el Paseo de la Vega y la Olivilla, ida y vuelta, con una
distancia de cinco kilómetros que fue ganada por Francisco Melendreras, alumno
de la Academia, quien hizo el recorrido en quince minutos, veinte segundos.
Su gran hito deportivo fue la puesta en marcha, en 1918, de
una carrera denominada “La vuelta a Toledo” y que era, nada más y nada menos,
que hacer corriendo el recorrido del Valle.
El recorrido, que se calificaba “de respeto”, sería el
siguiente: Puerta de Bisagra, Arrabal, Desamparados, puente de Alcántara, San
Servando, camino del Valle hasta el puente de San Martín y Paseo de Recaredo,
donde estaría la meta.
La prueba estaría dedicada al comandante Federico Gómez de
Salazar, socio protector del Club y una de las personas imprescindibles en la
historia del deporte toledano.
Siendo capitán de la Academia, Gómez de Salazar fue
comisionado para viajar por Suecia y Francia, elaborando a su regreso
diferentes manuales para el desarrollo de la actividad física en las enseñanzas
militares. Gran apasionado por la educación, en Toledo promovió la práctica del
fútbol, al pedestrismo, el rugby, al atletismo, el beisbol, la esgrima o la
gimnasia. Luego en 1919 se incorporó al cuadro de profesores de la recién
creada Escuela Central de Gimnasia. Unos años después falleció a consecuencia
de las heridas sufridas en la guerra de África.
Durante varios domingos antes de la carrera, el Club
Deportivo Obrero, organizó sesiones de entrenamiento para cuantos quisieran
participar en la vuelta.
Con gran expectación, la carrera se celebró el domingo 27 de
octubre a las tres y media de la tarde, partiendo desde la línea de salida
nueve participantes. Para seguir con atención el desarrollo de la misma, muchos
toledanos se concentraron en la ronda Cornisa, contemplando como los atletas
subían por los cerros hacia la Ermita del Valle, toda vez que por entonces la
carretera por la que hoy cruzamos el Arroyo de la Degollada no estaba
construida.
El primero en aparecer por la curva del Matadero, tras haber
cruzado el Puente de San Martín, fue Pedro Manzanero, quien llegó hasta la meta
acompañado por un numeroso grupo de ciclistas. El tiempo empleado en hacer el
recorrido fue de treinta minutos y un segundo y medio.
De los nueve participantes, uno de ellos abandonó al
sentirse indispuesto. El ganador recibió una medalla de oro y un reloj de
pulsera, donado por Gómez de Salazar. Todos los participantes tuvieron premio,
bien objetos diversos, cantidades económicas y diplomas, donados por
instituciones y comercios de la ciudad.
Desde ese momento, este recorrido se incorporó a los
programas de carreras pedestres celebradas en los años siguientes, en los que
el testigo del Club Deportivo Obrera fue tomado por una nueva entidad: la
Sociedad Deportiva Popular, fundada en 1920 por el citado comandante.
Este nuevo club inició sus actividades con otra edición de
la Vuelta al Valle, pero en esta ocasión partiendo desde la Venta de Aires,
subiendo por el puente de San Martín y bajando, campo a través, por el barranco
de la Degollada.
Los participantes debían ser mayores de diecisiete años,
acreditar documentalmente encontrarse bien de salud o someterse a
reconocimiento previo y abonar una inscripción de una peseta, cantidad que se
devolvería al finalizar la prueba. Deberían presentarse en la línea de salida
vistiendo pantalón corto, camiseta y alpargatas o zapatos aptos para correr.
En esta ocasión el ganador fue el soldado Adrián García,
quien tardó 25 minutos y 20 segundos en recorrer los 7.200 metros del
recorrido, a poco más de tres minutos y medio por kilómetro, un tiempo que hoy
se nos antoja fantástico. Terminaron la prueba 19 corredores y el vencedor
recibió un reloj taxímetro, algo así como un “Garmín” de la época.
Tres años antes, representando a la Federación Catalana de
Atletismo, Adrián García había quedado segundo en el Campeonato de España de
campo a través.
Localicé estos datos en el transcurso de una investigación
sobre los orígenes y la socialización del deporte en la ciudad de Toledo, tema
sobre el que hace unos meses pronuncié una conferencia en el Museo del Ejército
y sobre el que próximamente, en el número siete de la revista “Archivo
Secreto”, editada por el Ayuntamiento de Toledo, publicaré un amplio trabajo.
Antes de concluir este post me gustaría que cuantos el día
28 de octubre nos apuntemos a esta “Vuelta del Tajo”, cuando vayamos subiendo
por la Degollada, para hacer más llevadera la cuesta, pensemos en aquellos
pioneros que hace cien años abrieron el camino para los cientos de corredoras y
corredores que cada día nos echamos a rodar por las calles de Toledo.
Os dejo unas fotografías de la presentación de esta mañana
distribuida por la Oficina de Prensa del Ayuntamiento, del paraje de la
Degollada en los años veinte del pasado siglo, por donde los corredores
subieron al Valle; del comandante Gómez de Salazar con quien los deportistas
toledanos estamos en deuda; de un grupo de participantes en una carrera de vallas
en la pista de la Escuela, en 1924; y de los componentes de la selección
española de pentatlón corriendo en los años treinta, también, por la Escuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario