9 de agosto de 2017

MEDIO AMBIENTE.- El río Tajo se muere - Varios municipios de Entrepeñas y Buendía están siendo abastecidos por cisternas según El Mundo por Raúl Conde Suárez


El río más extenso de la Península Ibérica agoniza por la falta de reservas en los pantanos de cabecera y la contaminación a su paso por Toledo y Talavera


Un océano de cieno cuarteado por la falta de humedad en los embalses entre Guadalajara y Cuenca. Una superficie yerta que cruje entre chopos que han crecido en el mismo sitio que antaño permanecía anegado. Peces muertos, olores nauseabundos, plagas de insectos, mantas de algas. Espuma en el tramo medio del río. Estanques varados, urbanizaciones vacías, negocios cerrados en la cabecera. Y viejos balnearios, como el de La Isabela en Buendía, emergiendo del fondo del pantano por la escasez de agua.

Así yace ahora mismo el Tajo como consecuencia de los trasvases y de la sequía. El río más extenso de la Península Ibérica atraviesa su peor crisis, azotado por la merma de reservas en los pantanos de cabecera y la contaminación a su paso por Aranjuez, Toledo y Talavera.

El delicado estado de salud del que José Luis Sampedro definió como "el río bravo de Iberia" ha encendido todas las alarmas en Guadalajara y Cuenca. "No tener agua es la ruina de esta zona. Sin agua morimos lentamente. Sólo generamos desesperanza y despoblación", asegura a EL MUNDO Francisco Pérez Torrecilla, alcalde de Sacedón -localidad alcarreña que ha perdido 400 habitantes durante la última década- y presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía.


La situación es cada semana más angustiosa. Según la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), las reservas de los pantanos de cabecera apenas suman 292 hectómetros cúbicos (hm3), lo que equivale a 11,8% de su capacidad. Sin embargo, este dato no es del todo real ya que habría que restar el volumen que se considera "embalse muerto", con lo que las reservas reales no pasarían del 10%.

Esta sangría, unido al retraso en la construcción de varias infraestructuras hidráulicas en el Alto Tajo, ya ha vuelto a provocar problemas de abastecimiento en la cabecera. Una decena de pueblos se ven obligados estos días de canícula a recurrir a camiones cisterna para garantizar el suministro a sus vecinos. El pantano de Entrepeñas ya está por debajo de la cota de los 100 hm3, mientras el de Buendía dispone de 196 hm3 de un total de 1.639 hm3. Y ello pese a que el Ministerio de Medio Ambiente no ha autorizado trasvases al Segura en junio y julio porque el agua embalsada está por debajo de la línea roja fijada por el Plan del Tajo para 2017: 356 hm3. Ahora mismo harían falta 64 millones de metros cúbicos para que el Gobierno pudiera volver a aprobar derivaciones.

En paralelo a la laminación de la cabecera, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha denunciado la pésima limpieza del Tajo, un río al que considera "prácticamente muerto" por la falta de caudal, el estancamiento de aguas y el aumento de las temperaturas. Los técnicos del Ejecutivo castellanomanchego denominan "eutrofización" a este proceso de degradación, cuyas consecuencias se han traducido ya en la extensión de olores putrefactos en las riberas del Tajo y la aparición de plagas y de espumas en el curso del río en Toledo y Talavera. A ello hay que añadir que el Tajo arrastra buena parte de las aguas residuales de la Comunidad de Madrid.

El director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, explica que "siempre se ha dicho que esta tierra es de paso, es decir, un sitio al que se va pero para ir a otros sitio. Pues bien, el 68% del agua del Tajo para consumo se va por el trasvase, que está hipotecando nuestra capacidad de desarrollo. Podríamos tener más regadío pero no hemos podido hacerlo. Cuando se producen los desembalses, legalmente, las restricciones afectan antes a Barajas de Melo, por poner un ejemplo, que al Campo de Cartagena. Y en Toledo llevan desde 1972 sin poder bañarse en el Tajo".

Miguel Ángel Sánchez, portavoz de la Plataforma en Defensa del Tajo y el Alberche, subraya que "la gestión del río en el último medio siglo ha creado un desierto demográfico. Los embalses tendrían que estar en torno al 70-80% de su capacidad. El río ha colapsado por la mezcla del cambio climático, el trasvase y los residuos que genera la zona de Madrid. Tenemos que ser capaces de ver el Tajo como un elemento cultural y de ordenación del territorio".


Expediente de la Fiscalía

El maltrato al Tajo fue denunciado por la Junta de Castilla-La Mancha ante la Unión Europea, tras la visita realizada en febrero de 2016 por un grupo de europarlamentarios. Y el gabinete que preside el socialista Emiliano García-Page, desde que éste sustituyó a María Dolores de Cospedal, ha recurrido a la Justicia todos los trasvases aprobados desde junio de 2015. Sin embargo, el Tribunal Constitucional aún no se ha pronunciado sobre ninguno de estos recursos.

La situación hidrológica excepcional del Tajo ha motivado la reciente apertura de un expediente por parte de la Fiscalía de Medio Ambiente para estudiar una posible infracción penal, tras la denuncia cursada por el Ayuntamiento de Aranjuez por la degradación del río. Especialmente, serán sometidos a análisis los tramos afectados por la Red Natura 2000. La denuncia forma parte de una estrategia conjunta de los consistorios de Toledo, Talavera y Aranjuez, cimentada en la "escasez de caudales, la falta de dinámica propia del río y la calidad de las aguas".

Canon del trasvase

La visión desde Levante es radicalmente opuesta. En Murcia, Almería y Alicante denuncian el riesgo que supone no frenar la desertización del territorio, alertan de la sequía estructural que padece la cuenca del Segura y atisban un drama social si la falta de agua impide satisfacer las necesidades hídricas. Croem, la patronal murciana, califica de "insostenible" la situación y advierte de que "la falta de agua está poniendo en riesgo toda la agricultura". Solo Murcia concentra el 30% de las exportaciones nacionales del sector hortofrutícola. La facturación de este ramo en el sureste español, que da empleo a 70.000 personas, supera los 5.000 millones de euros anuales.

El cierre temporal del trasvase ha motivado que el Gobierno invierta 11,5 millones de euros para aumentar el rendimiento de las tres desaladoras de Alicante y las otras tres de Murcia. En la cabecera del Tajo por qué esta solución, que sí sirve en época de sequía, no vale en condiciones normales.

Y, sobre el canon del trasvase -el dinero que abonan los regantes de Levante por el uso del agua procedente de la tubería del acueducto- también hay polémica. La ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, dio luz verde el pasado 13 de julio a una resolución de la Dirección General del Agua que autoriza el incremento de las tarifas de aprovechamiento del trasvase Tajo-Segura. El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) considera que esta subida, que califican de "demencial", significa que deberán pagar 12 millones de euros año por el acueducto aunque no reciban ningún trasvase.

Esta medida ha generado un rechazo unánime de la clase política en Murcia, lo que a su vez ha encrespado los ánimos en Guadalajara. Según la Junta de Castilla-La Mancha, esta región cobra cada año tres millones de euros por este canon, "un tercio de lo que se debería abonar", precisa Luengo.


Los municipios de Entrepeñas y Buendía han iniciado contactos con los diferentes grupos políticos para intentar modificar la maraña legislativa que actualmente rige el acueducto, condicionada tanto por las reglas de explotación que fija Medio Ambiente, los planes de cuenca, la Ley de Montes y el Memorándum suscrito en 2013 por el Gobierno y las comunidades implicadas (Madrid, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Extremadura), entonces todas ellas en manos del PP.

Para los populares, aquel acuerdo fue un logro "histórico" que permitía cerrar la guerra del agua. Levante consiguió garantizar el mantenimiento del trasvase a cambio de elevar la cota mínimo no trasvasable hasta los 400 hm3, una raya que la sequía de este verano ha demostrado completamente insuficiente. Para los socialistas castellanomanchegos, aquella foto fue la de la "traición" a los intereses regionales.

La desunión siempre ha sido una pesada carga para los ribereños del Tajo. "Todos los trasvases aprobados este año, tal como ha acreditado la Junta, son ilegales porque no han respetado la legislación", explica Pérez Torrecilla, primer edil de Sacedón (PSOE). Francisco Javier del Río, alcalde del cercano municipio de Pareja (PP), no opina lo mismo: "No son ilegales. Y recurrir los trasvases, como hace la Junta, no tiene ningún sentido. Lo que hay que hacer es modificar las leyes".

En todo caso, ambos sí coinciden en denunciar que "hace 50 años se expropiaron las mejores tierras de regadío para hacer los pantanos pero ahora no se puede desarrollar el turismo por culpa de los trasvases. No negamos el agua a quien la necesite, pero siempre que sea excedentaria, es decir, si el agua embalsada en Entrepeñas y Buendía supera el 40%".

Futuro

La realidad es que, cuatro décadas después de su puesta en funcionamiento, el trasvase sigue siendo una infraestructura intocable. Primero porque es una manera fácil y barata -la obra está amortizada- de suministrar agua a Levante. Y, segundo, porque ninguno de los partidos nacionales cuestiona su viabilidad. Eso es lo que ha permitido que el acueducto Tajo-Segura, ideado por la República -siendo Indalecio Prieto ministro de Obras Públicas-, ejecutado por el franquismo y puesto en marcha durante el Gobierno de UCD, se haya perpetuado sin que exista un cuestionamiento sobre su idoneidad económica y medioambiental.

"Se invoca la solidaridad para sostener esta infraestructura, pero la realidad es que a los castellanomanchegos nos siguen viendo como insolidarios en cuanto denunciamos el estado del Tajo", subrayan desde la plataforma Río Tajo Vivo, impulsora junto a la Asociación de Municipios Ribereños de varias caravanas y otras acciones de protesta en la zona. Desde estas organizaciones admiten que la sensación que cunde es una mezcla de "hartazgo" e "indiferencia", con la erosión que eso provoca en el éxodo demográfico que está vaciando los pueblos en el interior de la meseta.


El secretario regional de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), José María Fresneda, concluye: "como no se actúe urgentemente con el agua, y teniendo en cuenta el cambio climático, Castilla-La Mancha está condenada a morir. Menos en La Mancha, que hay regadío, el resto está amenazado".

Raúl Conde Suárez
El Mundo 08/08/2017

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