1 de septiembre de 2017

MEDIO AMBIENTE: Apuntalando el Tajo-Segura por Miguel Ángel Sánchez


Mi columna de hoy en La Tribuna de Toledo/Talavera, a propósito de la maniobra para conceder a los regantes del trasvase las concesiones del Tajo.

Apuntalando el Tajo-Segura

Por si no fuera poco que el gobierno de España nos haya secado la cabecera del Tajo por llevarse hasta la última gota por el Tajo-Segura, este verano no se ha estado quieto contemplando el secarral en que ha convertido Entrepeñas y Buendía. Al contrario, con el máximo sigilo, agosticidad y prepotencia, el ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, usando a la ínclita y obediente Dirección General del Agua, ha vuelto a poner sobre la mesa el expediente de la concesión de derechos del agua del trasvase a los regantes beneficiados. Es decir: convertir lo que es la posibilidad de un uso de un teórico excedente, en un derecho de una concesión de ley, equiparando a los regantes del Tajo-Segura con cualquier otro usuario de la propia cuenca del Tajo.

Éste es un recurrente y viejo sueño de los trasvasistas: tener el control concesional del agua. Ya lo tienen en prácticamente todos los campos: normativo, político y legal. Pero necesitan ese último peldaño que es la concesión. En los tiempos turbios de la última legislatura de Zapatero, el Ministerio ya movilizó su maquinaria para proceder a ello. A última hora, por la presión social y por la absoluta falta de encaje jurídico, dio carpetazo al asunto, paralizando el expediente. Ahora lo ha vuelto a resucitar el Ministerio de Tejerina, recuperando el expediente donde se dejó, y sólo dando audiencia como parte interesada al Gobierno de Castilla-La Mancha, ya que por sentencia el Tribunal Supremo así obligó.

Estamos ante el último rizo del esperpento trasvasista. No hay agua, pero se intenta dar la concesión sobre el montante total previsto en la ley del año 1980, es decir, sobre cerca de 500 hectómetros cúbicos destinados a regadío (ya sumadas las pérdidas que se quedaron vía memorándum). La media trasvasada no ha superado los 200 hm3 anuales. Ahora el Estado (que para eso pagamos entre todos) quiere reconocer y dar derechos sobre casi 500. Agua de papel, que presionará aún más al Tajo, y que será bien pagada al sindicato de regantes del Tajo-Segura cuando (como ahora) no haya, pagada por unas arcas públicas siempre engrasadas y dispuestas para todo lo que sea calmar los gritos y presiones que llegan desde el lobby del trasvase y sus bien pagados palmeros y aplaudidores.

Esto es lo que hay. La historia se repite y veremos si esta vez se consigue parar de nuevo. El caso es que mientras el cieno aflora en cabecera, en los despachos cierran el negocio de las concesiones. Este es el nivel bajuno al que ha llegado la política de aguas en España; y define la calaña de quienes dirigen el Ministerio como un coto privado donde hace mucho tiempo se perdió la cordura. La hidrológica y la otra.

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