Se sienten ninguneados por el Gobierno vasco, aseguran que su actividad conlleva un riesgo «casi nulo de contagio» y solicitan ser considerados una «actividad esencial» para los jóvenes y en la lucha contra la pandemia
Son casi diez meses de paralización obligatoria, con apenas un breve lapsus veraniego, en los que muy pocos club han podido entrenar con sus chavales. Porque la segunda ola de la pandemia truncó de nuevo una actividad que, aseguran, iniciaron con todas las medidas de seguridad y una dosis extra de ilusión ya que los deportistas «necesitan entrenar» y no entienden que ahora se les siga prohibiendo hacerlo, «cuando se permiten otras actividades que están demostrando conllevar mucho más riesgo de contagio y no son consideradas esenciales». Por eso , más de 500 entidades de todo el País Vasco se han reunido este sábado por la mañana en la plaza del Teatro Arriaga para lanzar un mensaje firme al Gobierno vasco: «Tenemos que recuperar la normalidad porque es bueno para los jóvenes y para todos».
La portavoz de la plataforma Apoyo Deporte Euskadi-Bultza Kirola, Elisabet Anda, ha sido directa: «Exigimos a las autoridades competentes que consideren el deporte como actividad esencial y, para ello, que modifiquen las normas actuales para que se pueda practicar deporte también en edad escolar». Ha hablado en representación de más de 500 entidades deportivas de toda la comunidad, en la que entrenan «decenas de miles de deportistas».
Según ha lamentado, desde el colectivo han solicitado el Gobierno vasco, «en muchos escritos», que se adopten medidas para solucionar la parálisis que se ven «obligados a soportar». «Pero la única respuesta que obtenemos siempre es que se tomará en consideración en las siguientes reuniones de los responsables de adoptar las medidas que buscan atajar la pandemia». La única salida que le ha quedado a la plataforma, ha subrayado, es hacer público su malestar con este acto de protesta.
«El deporte es salud»
Se sienten especialmente dolidos porque subrayan que «. Al contrario. «Todos los estudios existentes y recomendaciones de profesionales relacionados con el sector del deporte, así como de sanidad, avalan nuestra reivindicación», ha remarcado Elisabet Anda. En ese sentido, ha añadido que «el deporte desarrollado con protocolos anti-covid ha demostrado que». Y ha reiterado que «, controlando y facilitando el rastreo de positivos, disminuyendo hábitos menos saludables y más peligrosos, ayudando a superar la enfermedad del covid en casos positivos, así como disminuyendo las hospitalizaciones». Todo esto, según ha añadido, «sumado a lo que ya sabíamos sobre lo que el deporte aporta en cuanto a desarrollo personal y que es un complemento importante en la educación, sobre todo emocional y en valores, de nuestros jóvenes, que son nuestro futuro».
La plataforma considera que éstas son razones más que suficientes para que se considere al deporte como una actividad esencial, «una actividad que forma parte de la educación reglada, a la que se ha dado prioridad». En ese sentido, ha remarcado que «se ha demostrado con la experiencia de estos meses que es posible generar entornos seguros en los colegios e institutos; por tanto, también es posible generarlo en nuestras distintas modalidades deportivas».
Elisabet Anda ha remarcado que los clubes consideran la actual norma que impide su actividad «negativa para toda la generación de futuras promesas que llevan desde marzo sin poder practicar deporte de forma regular». Y también la ven «innecesaria porque se ha probado que el riesgo está muy por debajo de otras actividades que no están prohibidas y que son menos esenciales que la del deporte».
El acto ha concluido con la intervención de Maya Crespo, deportista de 12 años del club de Gimnasia Mayuelu de Vitoria, y que ha subrayado que «el deporte escolar es una necesidad, no ocio». La joven ha desgranado su experiencia desde que se decretó el confinamiento de marzo: «A lo largo de la cuarentena intentamos mantener una pequeña rutina de entrenamiento 'online' y se hizo muy duro para todos», ha recordado. Para las familias, «por su incondicional apoyo», para las propias gimnastas, «por su constancia», y para las entrenadores «por estar, un día sí y otro también, tras la pantalla».
«Cuando pudimos volver a entrenar, iniciamos la actividad con todas las medidas y se me hizo muy raro porque, después de tanto tiempo, no podía ni siquiera abrazar a mis compañeras», recuerda. desde el primer día les pidieron ponerse la mascarilla para entrenar «y se hizo muy duro al principio, pero al final lo entendí y me acabé acostumbrando». Como han hecho el resto de las entidades deportivas, en su club, «hemos tenido muchísimo cuidado, hemos respetado las medidas de seguridad en todo momento, y no hemos tenido ningún contagio». Por todo eso se le hace «muy complicado entender porque no nos dejan entrenar cuando para mí es una necesidad ver a mis compañeras y desconectar un poco de los estudios».
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