17 de abril de 2013, Asamblea de Murcia. Habla, refiriéndose al Memorándum del trasvase Tajo-Segura y el Plan de cuenca del Tajo, el entonces presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel Siso, hoy investigado por el juzgado de instrucción número 1 de Murcia por el caso de la desaladora de Escombreras: «¿Pero saben cuál es el problema de fondo que aquí nadie quiere tocar? El de los caudales ecológicos. (…) Eso era letal, esa era la medida letal. Y se están ustedes preguntando ¿y durante este año qué hacía Valcárcel? ¿Pues qué cree usted que hacía Valcárcel? Tumbar esto. (…) Nos dedicamos a hacer lo que había que hacer, y era, efectivamente, acabar con esa posibilidad. (...) Borrador del plan de cuenca del Tajo del año 2011, esto es de ustedes [refiriéndose a la bancada del PSOE], está aquí. Borrador del plan de cuenca del año 2012, los mismos caudales ecológicos. Borrador del plan de cuenca del año 2013, se acabó. Río Tajo en Aranjuez, 6 metros cúbicos, no 10,90. Río Tajo por Toledo, 10 metros cúbicos, no 14... casi 15. Río Tajo por Talavera de la Reina, 10 metros, no los 17».
Valcárcel resumió aquel día lo que ha venido ocurriendo hasta hoy mismo con el Tajo, tanto lo relativo al aparataje jurídico que lo sustenta, como el modus operandi que lo mantiene secuestrado y convertido en el esqueleto hidrológico que bien conocemos en esta tierra. Los números, las instrucciones de planificación, las leyes, los técnicos decían una cosa. Pero ellos imponían su verdad, hacían lo que «había que hacer». Los dos anteriores planes de cuenca fueron ilegales, lo dijo el Tribunal Supremo en cinco sentencias. Y en el nonato se quiso dar a última hora un golpe de estado hidrológico con las mismas maneras en el Consejo Nacional del Agua. ¿Qué saldrá publicado en el BOE en un par de semanas?
En aquellos años duros, con el memorándum y los planes de cuenca viciados aprobados como un rodillo por el Partido Popular tanto en Madrid, como en el Levante y en Castilla-La Mancha, sólo la acción de los colectivos sociales del Tajo llevando a los tribunales los planes, fue la garantía de que hoy puedan y deban cambiar las cosas. Las cinco sentencias, en sus hechos probados, lo dejan muy claro, cuando indican que en 4 masas de agua estratégicas (Almoguera, Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina), en contraposición con las otras 16 masas, «el régimen establecido no es de caudales ecológicos», y que el único régimen de caudales mínimos ecológicos establecido por la planificación para estas 4 masas de agua estratégicas es el aprobado en el Esquema de Temas Importantes (ETI) de noviembre de 2010 (10,37 m3/s en Almoguera, 10,86 m3/s en Aranjuez, 14,10 m3/s en Toledo y 15,92 m3/s en Talavera de la Reina) junto con su distribución trimestral» y que según la Confederación Hidrográfica del Tajo «Los caudales ecológicos fijados en el ETI del primer ciclo seguirán siendo una referencia en futuras revisiones del Plan Hidrológico».
Estamos en el tercer ciclo de planificación y los caudales fijados en el borrador del plan siguen siendo inferiores a los propuestos en 2010. El avance es mínimo, insuficiente. Como ya he escrito, incumple las sentencias y es anacrónico desde cualquier punto de vista. Pero se ha abierto la puerta, aunque haya costado mucho.
Se quejaba el actual presidente de Murcia en la manifestación del pasado miércoles, de que no hay argumentos científicos para los caudales ecológicos en el Tajo. Quizá los tiempos de su antecesor Valcárcel hayan pasado a la historia. O no. Veremos qué dice el BOE.
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