10 de junio de 2022

MEDIO AMBIENTE.- La expulsión de la lista de la UNESCO sobre el POM de Toledo: “Hay otras formas de hacer la ciudad que la ciudad precisa para el futuro” por Epícaris @Francis18087576 en el digital eldiario.es


Muy oscuro lo tiene Toledo si la UNESCO decide actuar

Toda planificación urbana que se realice en Toledo repercute en la conservación del Patrimonio Cultural, como lo hace el avance de la redacción del POM, presentado cual verónica con el lienzo sagrado por la actual alcaldesa. El problema es que, de llevarse a cabo tal y como se nos presenta, determinaría la expulsión de la lista de la UNESCO como ciudad Patrimonio de la Humanidad.

No es verdad, como se nos intenta vender en la redacción del POM que la ciudad necesite coserse aumentando la densidad edificatoria en el área de protección del conjunto declarado Histórico Artístico y, posteriormente, por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. No pasa por urbanizar las Vegas que, junto con la ciudad amurallada y cigarrales, nos presentan uno de los paisajes más emblemáticos de Europa. Hay otras formas de hacer la ciudad que la ciudad precisa para el futuro.

En primer lugar, no puede seguir siendo dirigido, escrito, dibujado y planteado solo por arquitectos. Quizá la labor de urbanistas, geógrafos, gestores del patrimonio y sociólogos enriquezca más la óptica del planeamiento y el discurso redactor.

Otro elemento a tener en cuenta antes de abordar la redacción del POM es el de la participación ciudadana. Los mismos partidos políticos con representación municipal, en la oposición, se quejan de que se les ha dado el proyecto hecho. Un gobierno municipal que había prometido en las elecciones escuchar a la ciudadanía, fomentar los cauces de participación, no lo hubiera hecho peor. No se ha pedido parecer en las Juntas de Distrito, ni a las asociaciones, ni al Consejo ciudadano al que hace años no se convoca. Solamente se someterá –por mandato legal- a consulta pública a través del Boletín Oficial.

Decíamos que el argumento para seguir urbanizando, edificando y, por tanto, cobrando plusvalías, licencias de obra o impuesto de bienes inmuebles es “coser la ciudad”, aumentar la población, o, como se nos vendió en otro momento, ofertar más suelo para abaratar el parque de viviendas. Y, pervirtiendo el criterio de “amortiguación de impacto”, se plantea en el área de protección un parque de viviendas a baja altura o con la fórmula de pareados y chalets que tanto éxito han tenido en el último afán urbanizador, adobándolo y justificándolo con el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad y del cumplimiento de la agenda 20-30.

Las últimas tendencias de los urbanistas es el de rehabilitar para seguir viviendo la ciudad y el territorio más humano. Rehabilitar (lo permite el trabajo digital) en el amplio territorio de nuestra región, en la 'España vaciada', rehabilitar en los centros urbanos dotándolos de una habitabilidad del siglo XXI, rehabilitar inmuebles con valor patrimonial como es el caso del casco histórico de Toledo para mantenerlo como un marco urbano de vida cotidiana, no un decorado turístico. Y, si se construye de nueva planta, que sea en altura, para que la densidad de la población permita suficientes espacios verdes y peatonales, para que las personas habiten la ciudad como peatones, para que las plazas y calles tengan vida. Para eso se planteó el llamado “Barrio avanzado” del cual no se ha vuelto a saber nada.

Lo que necesita Toledo, lo dice el primer Plan de Ordenación Urbana tras la declaración de Conjunto Histórico Artístico, es mantener los conos visuales, hacer que las Vegas se conviertan en paisaje nutriente con el que históricamente ha dialogado la ciudad histórica. La ciudad, tal y como está el crecimiento desarticulado que hoy conocemos, con un polígono residencial a 7 kilómetros del Casco Histórico, y unos barrios-urbanizaciones a otro tanto, lo que necesita son vías rápidas de comunicación que los una con un Casco Histórico, que realmente sea un centro urbano, que sus habitantes estén a 3, 10 o 15 minutos de los accesos al mismo.  

Un Casco Histórico que debe ser disfrutado por los poco menos de 100.000 habitantes de la ciudad. Como publicaba el profesor Zárate en un trabajo que hizo historia en la ciencia geográfica de nuestro país con la “geografía de la percepción”, una ciudad que no debe ser desconocida para los que habitan en Santa María de Benquerencia u otros barrios periféricos. Y, como nos ha recordado recientemente en una conferencia magistral, un área de protección o amortiguamiento que debe de ser respetuosa con el paisaje histórico que hemos heredado.

Mantener óptimamente una ciudad patrimonio de la humanidad es costoso, es difícil, pero no imposible. Requiere un mayor esfuerzo económico pero también unas propuestas más imaginativas que ésta que se nos ofrece, donde sigue primando la especulación urbanística amparada y estimulada desde el propio ayuntamiento que de esta forma sacia el déficit municipal. Pero es una solución cortoplacista. Desgraciadamente por esta política podemos perder, repetimos, la declaración que la UNESCO la dio en 1986.

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