Alejandro Cano Saavedra de la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo
La asistencia a unas jornadas sobre el río
le removió por dentro y decidió que tenía que hacer algo. De ahí nació en 2009
la Plataforma en Defensa del Tajo que preside Alejandro Cano junto a un grupo de valientes
que luchan para concienciar sobre la dramática situación del río y sus
consecuencias para la vida. El próximo domingo, 19 de junio, se cumplen 50 años
de la prohibición del baño en el Tajo y el río sigue igual o más enfermo, sin
agua, con espumas, malos olores... Esta misma semana, la Cátedra del Tajo
denunciaba que «apenas
un hilillo de agua era capaz de superar el azud de Safont».
Lleva ya muchos años luchando en defensa del
Tajo ¿Se ha sentido muchas veces impotente?
—Sí, porque la desidia institucional sigue
prevaleciendo y porque siguen dominando las burlas y la picaresca para no
cumplir con el ordenamiento de aguas europeo y nacional, al igual que domina la
acción de los grupos de presión del agua, anclados en una cultura
-extractivista primero y clientelar después- que ha permeado sin enmienda en la
sociedad desde hace 120 años. Sin embargo, esa impotencia es muchísimo menor al
considerar colectivamente esta lucha.
El río sigue igual o pero, pero parece que hay algo de luz, que al menos,
la sociedad está cambiando. El Festival del 'Música del Tajo' organizado por la
Real Fundación en Toledo ha sido un éxito y la Cátedra del Tajo está alzando
con fuerza la voz. ¿Cree que la gente es más consciente de la triste situación
del río?
Se habla más del Tajo en todos los ámbitos porque los colectivos sociales le hemos sacado de su anonimato y hemos despertado esperanzas en la ciudadanía. Pero eso no significa que la gente sea más consciente, ya que en general se sigue concibiendo los ríos como canales de agua a los que domesticar y poner a merced de la esclavitud de diversos intereses económicos y políticos. Casi no existe en la sociedad la concepción de que los ríos funcionan como organismos vivos y que los sistemas fluviales que configuran vertebran mucha más riqueza y vida que la que acostumbramos a asignarles. Que los ríos son fuente de vida mucho más allá de la riqueza que económicamente les atribuimos no es una frase bonita que hayamos puesto de moda sin más; son las arterias, venas y capilares por las que circula la sangre de nuestros territorios que nosotros hospedamos.
¿Cuál cree que es el principal problema del río Tajo: el trasvase o la
contaminación?
Son dos problemas distintos que se refuerzan mutuamente. Considerados aisladamente, sin contaminación tendríamos una detracción de caudal que dejaría al Tajo sin la dinámica fluvial que le caracteriza como río: tendríamos un río con encefalograma plano, sin apenas ese pulso de crecidas y estiajes que les da la vida a todos los ríos ibéricos; sin trasvases tendríamos un río septicémico, cargado de patógenos y toxinas que impedirían la salud a lo largo de su flujo. Considerados conjuntamente, el problema resultante es todavía mayor, ya que, por efecto de la detracción de caudales naturales, el río no cuenta con las condiciones necesarias para llevar a cabo los procesos naturales de autodepuración, incluso por poca que fuera la contaminación.
¿Qué le diría a los que han planteado los
nuevos caudales del nuevo Plan Hidrológico del Tajo?
Que, para empezar, la implantación de unos
caudales ecológicos en el Tajo no serán tales si previamente necesitan
concertar el régimen de trasvases con las cuencas receptoras de los mismos. Es
lo que ha ocurrido. Además, ellos saben muy bien que el concepto de caudal
ecológico no se reduce exclusivamente a una cantidad circulante de agua; eso
puede ser una componente del caudal ecológico pero el concepto es mucho más
amplio, es un concepto holístico en el que deben estar presentes todas las
formas de vida asociadas al río y sus requerimientos de cantidad, calidad, morfología,
régimen, etc. Y eso implica, además, que no todos los usos del río puedan tener
cabida en todos sus tramos, porque cada intervención es un impacto a considerar
y sumar a otros ya existentes. Pero eso, lo saben de sobra mejor que yo. Por
tanto, los nuevos caudales ecológicos son en realidad caudales políticos.
¿Cree que la única solución para devolver la
vida al río es la supresión del Tajo-Segura?
No, porque la falta de vitalidad del Tajo, como he dicho, depende de más factores; el trasvase Tajo-Segura es sólo uno de ellos. Además, cuando ahorramos una detracción de agua al río no se la devolvemos al río; hay una lista de «buitres del agua» esperando su turno, ya sean nuevos regadíos, nuevos embalses, nuevos abastecimientos, nuevos proyectos industriales, etc. De hecho, antes de que el fin del trasvase Tajo-Segura se produzca -y para no perder baza- la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ya tiene proyectados y autorizados trasvases al Guadiana. Y todo ello con el manido y fraudulento pretexto de que el Tajo es un río de Castilla-La Mancha. Aún sin el trasvase, la insensatez, la estupidez y la ausencia premeditada de coherencia políticas seguirán prevaleciendo frente al obligado principio de prudencia y precaución.
¿Qué alternativa les daría a los regantes de Murcia y Valencia?
La misma que arrojó el Congreso Ibérico del
Agua celebrado en Talavera hace 10 años: la autosuficiencia. Todos los seres
vivos se han desarrollado en el medio que les ha sido propicio y eso ha
generado una muy amplia variedad de ecotipos porque cada uno lo ha hecho en las
condiciones que el entorno le ha dado. Basar el desarrollo en un recurso que no
tienes o del que dispones escasamente sólo puede generar conflictos. Y en eso
estamos.
¿Las desaladoras son la solución?
Para el Tajo desde luego que no. Pero no
sería más aberrante que la de llevar agua del centro de la península a la
costa. Ya, ya sé que usted se refiere a la desalación para uso de la
agricultura en Levante. Pero es que estamos cambiando el orden de los términos
porque el problema del Tajo no es que en Levante no tengan tanta agua dulce
como quisieran; ese no es un problema del Tajo sino de la osadía de Levante de,
como digo, basar su desarrollo en un recurso para ellos escaso. Por tanto,
responder a esta pregunta -digamos, mal formulada- sería tanto como asumir que
el Tajo tiene la culpa de que ya en los años 60 el Levante no tuviera el
desarrollo agrario que tiene ahora.
¿Algún día el río Tajo volverá a estar
limpio?
Por supuesto. Sólo basta con que esa
estupidez e incoherencia políticas que antes señalaba desaparecieran y se
impusiera por naturaleza el sentido común acorde al conocimiento existente. Esa
imposición vendrá por la vía de nuestra supresión como actores o por la
supresión de nuestras acciones. En nuestras manos está la elección.
¿Y cree posible que nos volvamos a bañar en
el río?
Posible es aunque sólo sea porque ya lo fue. Sólo se trata de revertir las cosas que se han hecho mal y que están perfectamente identificadas. Para bañarnos en verano lo que se precisa es que el agua del Tajo sea lo suficientemente apta. Y eso se consigue eliminando vertidos no compatibles con esa aptitud. Tenemos una legislación europea que nos obliga a ello y que dice que si los procedimientos establecidos no son suficientes para alcanzar el buen estado de las aguas estamos obligados a ponernos mayores restricciones. Y no es por capricho ni es por ley, es que sabemos que en este lugar maravilloso y excepcional que llamamos planeta Tierra estamos de paso y dando paso a otras generaciones. Por tanto, como huéspedes que somos, vivimos de prestado y lo justo es que devolvamos lo prestado en las condiciones más parecidas a las que lo recibimos. Si cada legislatura, si cada generación, si cada etapa de nuestra vida estuviera presidida por esta consciencia entonces este planeta tendría algo más maravilloso que añadir: su especie homo, sus guardianes.
- ENLACE ABC TOLEDO
Hoy 14 de Junio de 2022, he salido a pasear por la senda ecologica y he visto que el agua no superaba la presa junto a Toledo. Alarma. Adelante había una rotura de un camino por el riego a manta. No llega una sola gota de agua por el Tajo a Toledo. Alarma.
ResponderEliminar