10 de octubre de 2019

MEDIO AMBIENTE.- Miguel Ángel Sánchez: "Razón, grito y palabra" en un artículo de opinión en el digital ENCLM

Miguel Ángel Sánchez
[Foto archivo]


"El Tajo está muerto. Es un río sin pulso. Entrepeñas y Buendía vacíos; Madrid y el Canal de Isabel II acaparando lo que queda en el tramo medio, y devolviendo las aguas residuales al Jarama y al Guadarrama con un calidad inaceptable cuando cerramos la segunda década del siglo XXI; en Extremadura los embalses vacíos debido a una gestión hidroeléctrica filibustera, dejando al aire las tripas de centenares de yacimientos arqueológicos, y creando un problema con Portugal por un convenio de Albufeira que deja al río seco durante muchos meses en el país vecino. Y qué decir del estado del río en Toledo o Talavera, donde se ha regado con aguas residuales. ¿Peces muertos? Normal. ¿Se han ofrecido por parte del Ministerio de Transición Ecológica los parámetros fisico-químicos del agua con la que se ha regado y contaminado miles de hectáreas de nuestra vega?"


Nos queda la razón, el grito, y sobre todo la palabra. No nos queda el río, el Tajo, no nos queda el agua, pero nos queda la esperanza y el trabajo realizado. A estas alturas el escenario del Tajo es dantesco, tanto en su traza en el territorio, como en el andamiaje jurídico que sustenta una tropelía de sobreexplotación que se acerca al medio siglo. Ayer, la Comisión Europea nos hacía llegar una carta a la Plataforma en defensa de los ríos Tajo y Alberche de Talavera, donde nos dejaba claro que «tomaba nota» sobre las cinco sentencias del Tribunal Supremo, y la inacción al respecto del Gobierno de España.

Pero creo que, siendo importante los frentes que desde hace tres lustros hemos abierto, los logros conseguidos, y el arrinconamiento definitivo –al menos sobre el papel– de la política de aguas perpetrada en España contra el Tajo, ha llegado el momento de reconocer que no es suficiente. No es suficiente porque los colectivos ciudadanos hemos llegado lejos, mucho, casi hasta donde se puede llegar; pero las estructuras políticas y de poder impiden que haya un cambio. El Gobierno de Pedro Sánchez ha sido de media el más trasvasista de la historia, a la par con José María Aznar. El día 1 de octubre, fecha de inicio del nuevo año hidrológico 2019/20, había nada más y nada menos que 159 hectómetros cúbicos del Tajo almacenados en la cuenca del Segura (agua para satisfacer las demandas de Toledo o Talavera durante más de 20 años). La media de agua del Tajo almacenada en el Segura desde junio de 2018 hasta septiembre de 2019, ha sido de 128 hm3, frente a los 53 hm3 de los dos años anteriores. Es decir: se han aprobado trasvases políticos, innecesarios, sólo para mantener la entente social, y los ánimos calmados en el Levante, sin importar un bledo lo que aquí se diga.

Castilla-La Mancha mantiene la línea política marcada desde los primeros años del bonismo. Ya he escrito y explicado que el gobierno de Castilla-La Mancha debería y puede hacer mucho más, no sólo por el Tajo, también por el Segura, el Júcar e incluso el Guadiana. Y es que si no lo hace Castilla-La Mancha, no lo va a hacer otra Comunidad. Delegar las competencias de Agua a Agricultura ha sido un error. Siguen faltando estructuras políticas y técnicas de primera línea, recursos humanos y económicos, y un modelo de desarrollo regional que recupere el uso y disfrute de los ríos, dentro de un marco legislativo europeo de gestión nacional e internacional.

El Tajo está muerto. Es un río sin pulso. Entrepeñas y Buendía vacíos; Madrid y el Canal de Isabel II acaparando lo que queda en el tramo medio, y devolviendo las aguas residuales al Jarama y al Guadarrama con un calidad inaceptable cuando cerramos la segunda década del siglo XXI; en Extremadura los embalses vacíos debido a una gestión hidroeléctrica filibustera, dejando al aire las tripas de centenares de yacimientos arqueológicos, y creando un problema con Portugal por un convenio de Albufeira que deja al río seco durante muchos meses en el país vecino. Y qué decir del estado del río en Toledo o Talavera, donde se ha regado con aguas residuales. ¿Peces muertos? Normal. ¿Se han ofrecido por parte del Ministerio de Transición Ecológica los parámetros físico-químicos del agua con la que se ha regado y contaminado miles de hectáreas de nuestra vega?

Miguel Ángel Sánchez

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