Quien tenga la costumbre de leer mis comentarios, sabe que
periódicamente dedico algunos a asuntos deportivos y habitualmente al atletismo
de nuestra provincia. Es lógico, creo, dada mi dedicación docente y afición
deportiva durante décadas y porque este
deporte que cuesta muy poco a las instituciones, ha escrito y escribirá páginas
muy brillantes a escala nacional e internacional.
Lo
mismo que un jugador de cualquier equipo no puede competir ni funcionar por sí
solo, en atletismo, aunque sea un deporte casi individual, también necesita
equipo y medios para su desarrollo. Y ya vamos llegando al quid de la cuestión:
el parné que dicen algunos. Sin él, no se puede viajar, comprar ropa, competir,
divulgar, en fin, lo más perentorio. Si echamos una vista a los clubes de
atletismo a cualquier escala, veremos que bastantes solo tienen estatutos y un
par de actividades anuales. Otros son como el Guadiana. Y afortunadamente hay
otros que están ahí, como los inviernos, rigurosos, puntuales, pero no
abandonan, continúan en la brecha. Y entre estos, sí, una vez más, por su
veteranía y tesón cabe citar al CCM-Club Atletismo Toledo.
CCM ha
sido desde hace más de 20 años el principal sustento patrocinador del CAT. Lo
que antes contribuía con lo que aporta ahora es mucho menos, pero claro, menos
da una piedra. Antes pintaban más los jefes de casa; ahora con la integración
en otra entidad tienen “menos manga” y se nota. Lo notan todos. Los casi 200
niños que lo forman y los mayores que además de poner dinero de su bolsillo a
veces, “lloran” y deambulan por instituciones para subsistir.
Entiendo
que sabiendo las dificultades que nos rodean hay que pedir, más bien exigir a
quien corresponda, que diferencie cuando dan subvenciones, que sepan que es la
base lo que más interesa y es en los colegios e institutos donde se forjan los
mejores valores. Para muestra la nueva campeona del mundo de bádminton, la
malagueña Carolina Martín. Y debería
notarse que los padres se implican con los hijos no solo para dejarlos en el
autobús cuando van a competir y quedarse solos, sino acompañándolos cuando hay
plazas libres - sucede con frecuencia- y enterarse de cómo emplean sus hijos el
ocio y el tiempo libre, además de hacerse socios. En octubre, una temporada
más, el CCM-CAT estará pendiente del teléfono, de la carta o la subvención del
patrocinador a ver hasta dónde puede llegar.
Carlos Martín-Fuertes García |
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