El origen de los egos trasvasistas
El trasvase Tajo-Segura, único de cierta importancia en
España, no ha tenido una historia de éxito. Al contrario. Lejos de cumplir los
objetivos para los que había sido diseñado y construido, ha constituido un
problema creciente en el aprovechamiento y la gestión del agua de nuestro país.
Ha creado muchos más problemas que los que pretendía resolver. En la actualidad
se podría decir que el Trasvase constituye «el gran problema del agua en
España» desde los puntos de vista técnico, económico, social, ambiental y
ético. Y un problema que sigue creciendo.
En la presente entrada nos centraremos en las cuestiones del
tipo: ¿cómo es posible que se haya podido crear esta gran hidro-burbuja? ¿Cómo
es posible que los artífices que proyectaron el Trasvase se equivocasen tanto?
¿Cómo es posible que, posteriormente y hasta la actualidad, responsables
técnicos, jurídicos, económicos, administrativos y políticos sigan tan ciegos?
Pues no reconocen el gran fiasco, los problemas que se han creado y la difícil
─cuando no imposible─ salida del laberinto en que se han metido y han metido a
los ciudadanos de la región supuestamente beneficiada, así como a la región que
despojan inmisericordemente de sus recursos naturales.
Venía a decir un estadista que la primera obligación de todo
político es conocer la realidad. Podríamos añadir que es la obligación de todo
profesional. Por lo tanto vayamos a explorar las ideas y convicciones que
anidan en la mente de «los trasvasistas». Denominamos como tales a los
profesionales que ponen sus ideas y saberes a favor del Trasvase, sean
ingenieros, letrados, administrativistas, dirigente de organizaciones o
políticos. Dejamos fuera a los beneficiados directamente por el Trasvase, pues
éstos tienen justificación bastante por sus beneficios crematísticos. También a
los periodistas de cabecera, pertrechados en sus soberbias torres de papel.